datos de septiembre

El alza del IPC eleva a 5.000 millones el coste de actualizar las pensiones

La inflación interanual ha aumentado en ocho décimas respecto a la tasa de agosto, tras incrementarse el impuesto del valor añadido

MADRID Actualizado: Guardar
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La subida del IVA que entró en vigor el pasado 1 de septiembre puede acabar por generar un problema añadido al Gobierno de Mariano Rajoy. Pese a las promesas de muchas empresas de absorber el incremento dentro de sus márgenes, los datos del IPC demuestran que su traslado a los precios ha sido inmediato. A estas alturas del año la inflación pulveriza la previsión oficial y amenaza con disparar la factura de las pensiones en 5.000 millones de euros a final de año, para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados.

El incremento de gravámenes sobre el consumo, del 18% al 21% el general y del 8% al 10% el reducido, elevó en septiembre ocho décimas la tasa de inflación anual, que alcanzó el 3,5%, según el dato adelantado que publica el INE. Es su mayor registro desde mayo de 2011.

La ley obliga a compensar a los pensionistas a final de año por la desviación del IPC sobre el objetivo previsto por el Gobierno, que era del 1% para 2012. Si los precios no bajan en los dos próximos meses y llegan en su nivel actual a noviembre –cuyo registro sirve de referencia para calcular la actualización de las pagas- el Estado se encontrará con un sobrecoste de 5.000 millones de euros: 2.500 para corregir el desfase de este año y otros 2.500 que se consolidarán en la nómina del año siguiente. Cada décima de desvío del IPC sobre el objetivo incrementa la factura en 100 millones de euros.

Cuando presentó a país la última subida del IVA, el Gobierno de Mariano Rajoy calculó que este incremento tendría un impacto positivo sobre las arcas públicas en lo que quedaba de 2012 (el período septiembre diciembre). Pero a eso habrá que descontar el sobrecoste en las pensiones.

El problema es que los precios de los bienes y servicios ni siquiera esperaron a la entrada en vigor de los nuevos tipos para iniciar su escalada. En agosto la inflación ya aumentó cinco décimas de golpe porque muchos fabricantes y proveedores se adelantaron a la subida del impuesto en un intento de pasar desapercibidos en septiembre. Aún así, la evolución de este mes y sus 0,8 puntos de incremento de inflación dejan claro que los encarecimientos han continuado imparables.

Reclasificación

El INE atribuye este último repunte a una “subida generalizada de los precios en la mayoría de las parcelas”. Ese encarecimiento general es una consecuencia lógica de la letra pequeña de la última reforma del IVA. El Ministerio de Hacienda no sólo aumentó los gravámenes, sino que llevó a cabo una reclasificación de los productos, que consistió en gravar al 21% todos los artículos y servicios antes sujetos a IVA reducido del 8% salvo transporte, hostelería y algunos alimentos. En la práctica, gran número de productos tuvieron que soportar de golpe un encarecimiento equivalente a 13 puntos de IVA. Y algunos, los sometidos a gravamen súperreducido del 4% como buena parte del material escolar, de 17 puntos.

Como el resto del año, en el incremento desmedido del IPC pesan mucho el alza de los precios de los carburantes y lubricantes. A falta de que el INE detalle el 11 de octubre la evolución de los precios sector a sector, los datos disponibles hasta agosto mostraban un encarecimiento interanual de los productos energéticos del 11,9%. Los alimentos frescos, por su parte, arrastraban una subida del 2,7%.

El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, aseguró entonces que el alza desmedida del IPC obedecía sobre todo al comportamiento de esos productos, los más volátiles de la cesta de la compra y confió en una bajada de precios hacia finales de año que acerque la inflación al entorno del 1,4%.