Elvira Rodríguez supera el examen parlamentario para ser presidenta del supervisor de los mercados
Los políticos reivindican su función, en el interior de un edificio del Congreso blindado frente a las protestas
MADRID Actualizado: GuardarElvira Rodríguez, cuarenta años de ejercicio profesional en la función pública, y la mitad de ellos también militante del PP, pasó el examen de la Comisión de Economía del Congreso y será nombrada presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en un inmediato Consejo de Ministros. El relevo de Julio Segura, el actual dirigente, tiene que producirse antes del 6 de octubre.
La comparecencia ha revestido características muy especiales. Su desarrollo ha tenido lugar en un edificio del Congreso blindado por las fuerzas del orden ante la convocatoria de una protesta social -que se prevé multitudinaria-, contra la política de recortes. Y Rodríguez era, hasta 24 horas antes, presidenta de esa misma Comisión que hubo de determinar si en su designación podía producirse, o no, conflicto de intereses.
A Elvira Rodríguez no le faltan méritos. Ha sido interventora general del Estado y secretaria de Estado de Presupuestos, pero también ministra de Medio Ambiente con el Gobierno de José María Aznar y posterior presidenta de la Asamblea de Madrid. Para presidir la CNMV debía mostrar que ni su currículo ni su situación personal o familiar presentaban riesgos evidentes y claros de que pueda comportarse con falta de objetividad o parcialidad en sus futuras decisiones. Tampoco ha de sospecharse de ella que vaya a adoptar acuerdos bajo presión o en dependencia respecto al Gobierno de turno.
Dedicación pública
La próxima presidenta de la CNMV superó la prueba con la aprobación del PP, CiU, PNV y Coalición Canaria. Con el acceso al Congreso vallado frente a las protestas de quien han hecho un eslogan de la acusación “no nos representan”, dirigida a los políticos, portavoces de estos grupos reivindicaron el honor que representa la dedicación al servicio público.
Pero algunos de los representantes de los grupos parlamentarios, tras dejar a salvo la idoneidad profesional de Rodríguez, también sacaron a la luz las contradicciones en las que incurre la estrategia partidaria cuando antepone sus intereses a los que pueden considerarse generales.
Así, el exministro socialista Valeriano Gómez evocó que hace unas pocas semanas, el PP vetó a Soledad Núñez, anterior directora general del Tesoro, para el puesto de subgobernadora del Banco de España... por su reciente pertenencia a un gobierno de Rodríguez Zapatero. Los precedentes quedaron olvidados: el gobernador del instituto emisor, Jaime Caruana, fue seleccionado por el PP por contar, entre otros méritos, con idéntica experiencia.
Gómez también echó mano de las actas del Congreso para recordar que el portavoz popular no aceptó al anterior presidente de la CNMV, Julio Segura, tras reprocharle que había colaborado en la redacción del programa económico socialista. De aplicarse este mismo rasero –argumentó- de nada valdrían los méritos profesionales de la actual aspirante a presidir el organismo supervisor de los mercados, oscurecidos por su adscripción política.
El portavoz popular, Vicente Martínez Pujalte, candidato con posibilidades a sustituir a Rodríguez en la presidencia de la Comisión de Economía del Congreso, se limitó a decir que “ante el nombramiento de Julio Segura” no se analizó la persona que aspiraba al cargo, sino el momento en que se producía el relevo, tras una serie de denuncias de presión política.
Ser y parecer
En este clima de acusaciones mutuas, las explicaciones del voto negativo de los portavoces de UP y D y de Amaiur se ciñeron a las actuales exigencias. Sin estigmatizar a nadie, el representante de Unión, Progreso y Democracia sospechó de la imagen de independencia de una cualificada militante de partido. Es como si a Mourinho o Guardiola se les pidiera arbitrar encuentros del Real Madrid o del Barcelona, ejemplificó.
Para el portavoz de Amaiur, la dirección de los organismos reguladores debiera encomendarse a personas con un perfil más neutro, “Es importante que en ciertos momentos, la independencia sea percibida”, postuló. Dicho esto, Larreina pidió a Rodríguez “que sea incómoda” para el Gobierno y para el poder. Será su mejor servicio, consideró.
Elvira Rodríguez agradeció a todos sus antiguos compañeros, los miembros de la Comisión de Economía, las posiciones adoptadas y comentarios vertidos. En declaraciones a los periodistas, agradeció después que “en días como hoy” –frente a las protestas ciudadanas- le fuera reconocido por todos su trayectoria personal de 40 años de servicio público.
La ya próxima presidenta de la CNMV asumió finalmente que el organismo que va a dirigir es importante no solo por su función en pro del buen funcionamiento de los mercados, sino “como garante” de las ofertas que se realicen a los ciudadanos. Los problemas de las participaciones preferentes colocadas a inversores no informados están en su agenda.
Rodríguez renunció horas antes de pasar el examen del Congreso a su acta de diputada. También presentó la dimisión como consejera general de Caja Madrid, un cargo que, según reveló, apenas le suponía una asistencia anual, pero del que omitió cualquier mención en su exhaustiva biografía.