FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Atlético más conformista también sabe sufrir

Los de Simeone prolongaron su fiesta de este inicio de temporada con un triunfo sin brillo ante el Valladolid gracias a los goles de Godín y Falcao en la primera mitad

MADRID Actualizado: Guardar
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El Atlético de Madrid prolongó su fiesta de este inicio de temporada con un nuevo triunfo, esta vez contra el Valladolid, al que superó con facilidad pese a deshincharse en la segunda mitad, dando un paso atrás típico de otros tiempos y de anteriores encuentros. Pero este equipo va en serio y se sienten optimistas en la Ribera del Manzanares tras la tercera victoria consecutiva y un resultado que les mete de lleno en la lucha por los puestos de Liga de Campeones.

A medio gas, sin sentirse con el partido dominado en muchos momentos de la primera parte, resolvió el duelo a lo largo de la primera mitad. No sufrió sobresaltos y mandó a su oponente con la receta de Simeone: robo y contra. Una genética histórica del Atlético y que funciona a las mil maravillas en el Calderón. No necesitó ni buen fútbol ni muchas oportunidades para ponerse en ventaja en el marcador. Godín adelantó a la media hora a los suyos con un gol de delantero tras un preciso pase en profundidad de Koke. El central uruguayo liquidó con sutileza ante Jaime.

El segundo llegó gracias a un penalti muy dudoso cometido a Diego Costa. Lo transformó en gol Radamel Falcao, logrando así su quinto gol en esta Liga. El colombiano no perdona, sereno, con tranquilidad, es un seguro de vida y cada día se siente más cómodo. El Atlético sigue subido en una ola de ilusión y resultados en este inicio de curso.

Descansó Falcao en la segunda mitad y se vio como no solo provoca el pánico en las defensas rivales sino quizá en sus propios compañeros. Entró Adrián pero las ocasiones brillaron por su ausencia y el Atlético se durmió tras liquidar al Valladolid en los primeros cuarenta y cinto minutos. Sin pisar el acelerador. Aunque le pudo costar cara la 'empanada' a los de Simeone. Un disparo de Bueno se colaba por debajo de Courtois y los pucelanos acortaban diferencias. El guardameta colaboró sin querer en lo que será la jugada tonta de la semana. Fallo garrafal del belga.

El 2-1 dio vida al Valladolid y puso de nuevo a debate los tres puntos del conjunto madrileño, ya sin tantas oportunidades y con más inquietud con el paso de los minutos. El Atlético se conformó con aguantar el resultado y sintió aliviado cuando el colegiado pitó el final del encuentro, el decimoquinto consecutivo sin perder del conjunto rojiblanco.