Merkel ratifica a Draghi
Solo los necios no creen en las apariencias, por lo que es difícil no acabar aceptando que hay un correlato entre el anuncio del BCE y la presencia en España de la canciller
MADRID Actualizado: GuardarAunque tanto la reunión del consejo de dirección del BCE como la visita a España de Merkel al frente de una delegación de empresarios alemanes para una reunión con sus homólogos españoles estaban programadas desde hace semanas, hay que pensar, con Oscar Wilde, que solo los necios no creen en las apariencias, por lo que es difícil no acabar aceptando que hay un correlato entre el anuncio de hoy del presidente del BCE y la presencia en España de la canciller, quien, por cierto, no ha visitado aún ninguno de los tres países ‘rescatados’.
Pese a que ayer mismo el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, criticaba todavía el proyecto de Draghi de comprar deuda soberana de países en dificultades, éste anunciaba oficialmente este mediodía que el instituto emisor adquirirá títulos de deuda de los países de la eurozona bajo estrictas condiciones, mediante un nuevo programa de compra de bonos con vencimientos de entre uno y tres años. Como es natural, y para evitar a los especuladores, una vez tomada la decisión se dedicarán a tal fin cantidades "sin límite"; además, dichas compras serán posteriormente "esterilizadas por completo".
Naturalmente, las compras tendrán la contrapartida de una condicionalidad estricta: se harán a condición de que los gobiernos activen los mecanismos de estabilidad de la eurozona con el fin de garantizar la "irreversibilidad del euro" y la correcta transmisión de la política monetaria a todos los países de la eurozona.
Como se ha podido ya comprobar, el mero anuncio de que existe este mecanismo ha hecho relajarse a las primas de riesgo, por lo que quizá ni siquiera sea necesario ponerlos en tensión. En cualquier caso, y aunque Merkel no ha querido hoy dar la pública bendición a este anuncio, ni mucho menos pronunciarse sobre la conviencia de que España utilice o no el mecanismo, parece claro que el hecho de no haberlo desautorizado en su viaje a España representa una especie de ratificación.
Ahora bien, conviene fijarse en que Draghi ha hablado de estrictas condiciones, es decir, de riguroso avance haca el equilibrio presupuestario, y España tiene abierto como se sabe un experdiente por déficit excesivo. La cuestión estriba en saber qué se nos va a pedir/exigir si solicitamos la ayuda del BCE –el rescate blando-, y qué margen de maniobra se nos va a conceder para minimizar la agresión a la ciudadanía que cualquier nuevo recorte habrá de suponer irremediablemente. Porque lo grave del caso es que, como ha recordado Luis Garicano, de la London School of Economics, nuestro déficit anda ya disparado en el entorno del 9%, y si el gobierno, que aun se cree capaz de respetar el tope del 6,3%, no hace el milagro, la situación de nuestro país quedaría muy comprometida. En estas circunstancias, la insistencia de Rajoy en que no piensa tocar las pensiones inquieta más que tranquiliza a los ciudadanos.