Boleto de una apuesta deportiva. / Efe
INFORMACIÓN DEPORTIVA

El peligro de jugarse el dinero

Las casas de apuestas han sido bien acogidas entre los españoles

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A principios del siglo XXI, comenzó a expandirse el 'boom' de las apuestas deportivas. Las casas 'aposteriles' entraron con fuerza en España y obtienen a diario grandes beneficios. La pasión por el fútbol y el resto de deportes en nuestro país, acrecienta el ánimo de invertir cantidades de dinero. El problema es cuánto se invierte individualmente. La difícil situación económica que atraviesa la mayoría de los ciudadanos provoca que el deseo de conseguir 'dinero fácil' aumente. Es el caso de las apuestas deportivas y la quiniela. A través de Internet o presencial mediante 'ticket'. El objetivo es el mismo.

El problema radica en que a la hora de apostar, las ganancias ni mucho menos son seguras, aunque a priori lo parezcan. Partidos del Barcelona o del Real Madrid frente a rivales de talla menor parecen sencillos, pero pueden sorprender, produciéndose un resultado inesperado. Precisamente, el equipo 'merengue' lleva en su camiseta el nombre de una casa de apuestas 'online'.

Cuanto menor sea la cuota de ganancia, mayor dinero tiene que invertir el apostante para conseguir llevarse un buen pellizco de dinero. Por ejemplo, entre un partido que enfrente a Barcelona y Osasuna, el club catalán no superaría, a lo sumo, 1,20 euros por euro apostado. Lo lógico es que los 'culés' ganen y apostar, por ejemplo, 100 euros para conseguir 20 de ganancias o, bien, combinar esa apuesta con otras para ir multiplicando las cuotas gananciales. Todo parece fácil y apetitoso, pero en realidad es una lotería más, como la quiniela. Eso sí, la gran variedad del mercado de apuestas invita a la posibilidad de centrarse en otras modalidades que resulten más fáciles al apostante. Pero el exceso de confianza puede jugar una mala pasada. La mayoría de los apostantes pierden dinero si hacen balance entre los ingresos y las pérdidas. Estas cantidades pueden ser pequeñas o llegar, incluso, a la ruina económica personal. Cualquier persona que apueste, debe hacerlo con una cantidad de dinero con la que dé por perdida y sin esperar que las ganancias se deban producir obligatoriamente. De lo contrario, es cuando decepción y fracaso aparecen de la mano.

También es cierto que la emoción aumenta cuando se apuesta en cualquier deporte porque provoca posicionarse a favor de un resultado, de un equipo o de un jugador. Pero, los extremos no son buenos y en el caso de las apuestas mucho menos. El dinero es algo muy importante y difícil de conseguir y con las apuestas se mueve fácilmente. Es aquí cuando aparecen los razonamientos de todas aquellas personas que detestan jugarse el dinero de cualquier tipo y modo. Ni quiniela, ni apuestas, ni loterías. Dentro de su concepción queda establecido que el dinero se consigue con méritos y trabajo y no se pone en riesgo en ningún caso.