Golazo de Adriano y poco más
El Barça derrota al Valencia con un solitario tanto tras un saque de esquina
BARCELONA Actualizado: GuardarUn Barça gris, falto de brillo y muy lejos del equipo que maravilló durante la época de Guardiola hizo este domingo bueno un golazo de Adriano en la primera parte para derrotar a un Valencia que mereció más, sobre todo en la segunda parte, en la que acabó sitiando a los azulgrana en su área.
Al Barça de Tito Vilanova le falta juego, de momento enamora poco, pero ha arrancado la liga con un inapelable tres de tres. Nueve puntos de nueve posibles, que sin embargo no pueden ocultar las dudas que aún genera este equipo. Las dudas que tiene en defensa, a la hora de salir jugando, y las dudas que tiene Valdés, que tras el error que cometió ante el Madrid en la Supercopa evita el pase en corto y prefiere lanzar en largo, segando de raíz la filosofía del club de tratar de empezar el ataque desde la defensa. Al equipo le falta rodaje y le falta por definir un once tipo. Tito, como su antecesor, cree en las rotaciones, aunque para esta ocasión no estaban tan justificadas, teniendo en cuenta que la próxima semana habrá parón liguero por los partidos de las selecciones.
El caso es que contra el Valencia, los que arrancaron desde el banco fueron Iniesta, flamante mejor jugador de Europa, según la UEFA, y Busquets. Tito dio entrada a Song, que empezó bien y acabó bastante desdibujado, y puso en el centro del campo, junto a Xavi y el africano, a Cesc. Tito es de la escuela Guardiola: cuando un jugador está cuestionado, lo saca de titular en cuanto puede. Pero el de Arenys no está fino y ante el Valencia escuchó los primeros pitos de una grada super exigente.
El partido en cualquier caso arrancó lento y sin un dominador claro. Mauricio Pellegrino no es discípulo de Emery, ni siquiera coincidieron en el Valencia, pero sí es alumno aventajado de Benítez. Y el sello de ambos se nota en este equipo. Apostó por la misma red de cinco hombres en el centro del campo que alineaban los dos extécnicos ches cada vez que se enfrentaban al Barça. Entre Tino Costa y Albelda sujetaban a Messi, y Feghouli, Guardado y Jonas trataban de desconectar las líneas de pase azulgrana. Mientras, Soldado esperaba cazar alguna, aunque la empresa era complicada. Y sin precisión y rapidez en el pase, el Barça no funciona. Puede dominar y dominar, tocar y tocar hasta la extenuación, pero si no crea peligro, su superioridad en la posesión no es tan decisiva. El Valencia lo sabe y durante casi toda la primera parte pudo aguantar el juego combinativo blaugrana. Hasta que mediada la primera parte, Adriano agarró un derechazo desde el lado izquierdo, tras un córner botado en corto, y lo lanzó a la escuadra desde el pico del área. Es lo que tienen los equipos importantes: tienen recursos. A falta de peligro real en el juego estático, es mejor encomendarse a la estrategia. Mientras Tito Vilanova fue el segundo de Guardiola destacó en esta faceta y ahora que es el máximo responsable sigue creyendo en esta faceta del juego.
En la segunda parte, todo siguió más o menos igual, con la excepción de que Pellegrino liberó algo más a sus hombres y su equipo se estiró bastante más. Sobre todo, el Valencia se animó a atacar con más hombres, aun a riesgo de que el Barça le pudiera coger a la contra. No fue así y a medida que se acercaba el minuto 90, el silencio se hacía cada vez mayor en el Camp Nou. El miedo a un error de última hora se mascaba en el ambiente, después de que Víctor Ruiz diera el aviso en el 60 con un gol anulado por claro fuera de juego. La igualada no llegó, porque quizá al Valencia le falta algo de pólvora arriba. Soldado es muy bueno, pero está un poco solo y Valdez no se antoja como un delantero con la categoría suficiente como para hacerle sombra. Pérez Lasa pitó final y el Barça respiró aliviado. No así el Valencia, que sólo cuenta con dos puntos en tres partidos. Aunque parece anecdótico, pues ya ha jugado con el Barça y el Madrid.