Bombillas incasdencentes. / Archivo
energía

Adiós a la bombilla incandescente

Inventadas hacia 133 años por Thomas Edison, son consideradas ahora como un método de iluminación obsoleto y contaminante

MADRID Actualizado: Guardar
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Este sábado ha entrado en vigor la prohibición de fabricar las tradicionales y contaminantes bombillas incandescentes -inventadas hace 133 años por Edison-, un apagón que implicará no solo ventajas para el medio ambiente sino económicas: 80 euros al año de ahorro por hogar.

Este es el cálculo realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que matiza que esta prohibición no significará que las viejas bombillas desaparezcan de la noche a la mañana de los comercios, ya que los fabricantes aún poseen existencias en sus almacenes, ha explicado a Efe su portavoz, Enrique García. A su juicio se trata de un producto muy obsoleto, con una nula eficiencia energética -"gasta muchísima energía"- y que, además, genera más contaminación que cualquiera de las luces hoy disponibles en el mercado.

En un hogar español compuesto por cuatro miembros, el gasto de iluminación representa el 18% de su gasto energético total, según los datos proporcionados por García. Pues bien, la sustitución de las viejas luminarias por bombillas de bajo consumo (florescentes y LED) puede suponer a una familia un ahorro de ochenta euros anuales, de los 804 euros año, incluida la subida del IVA, de la factura energética. Las bombillas incandescentes son "muy poco eficientes", pues el 95% de la electricidad que consumen la transforman en calor y sólo el 5% restante en luz.

Un apagón progresivo

La directiva europea que acaba con el invento más revolucionario de Thomas Edison establece su eliminación progresiva entre 2009 y 2012: comenzó con las bombillas de 100 W, continuó con las de 75 W y finaliza el sábado con las potencias inferiores a 40 W.

Enl portavoz de la OCU cree que la Unión Europea ha fijado plazos excesivamente largos para este producto, "un caso claro de obsolescencia no programada: la tecnología nueva sustituye a la vieja". Para la OCU, la única ventaja que tenían las viejas bombillas frente al resto era su reducido precio, pero "hace tiempo" que se vieron superadas por todas sus competidoras. Las lámparas de LED -que permiten ahorrar hasta un 70% de energía- son las de mayor calidad, aunque su precio aún sigue siendo alto (entre 15 y 25 euros frente al euro que podía costar una bombilla tradicional).

Los consumidores podrán sustituir la bombilla de Edison por fluorescentes compactas de larga duración (que ahorran un 75% de energía) o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que consumen entre un 25 y un 50% menos. E