Una despedida entre interrogantes
Ruth Beitia medita seguir un año más en la alta competición después de que se lo pidiera su entrenador
PAMPLONA Actualizado: GuardarLos años de prestación al atletismo le cayeron encima de golpe. Cayó el listón sobre 2,01 y cayó su entereza. Ruth Beitia, una de las mejores atletas españolas de la historia, la saltadora de las saltadoras, afrontaba el que debería ser, así, en condicional, su último Campeonato de España (19 títulos: ocho al aire libre y 11 bajo techo). Y por eso comenzó a llorar antes de bajar de la colchoneta, allí dónde cayó de espaldas durante 22 años, y se fue a por su gente a buscar el abrazo tierno. Su idea inicial era olvidarse del listón para siempre y dedicar un año más a los saltos horizontales, a la longitud y el triple, para ayudar a su club, el Piélagos.
Pero deja la puerta abierta. No la cierra. Así se lo ha pedido Ramón Torralbo, su entrenador de siempre, el 50 por ciento de sus medallas, las siete que se llevó de varios Mundiales y Europeos. El técnico sabio conoce a la atleta como nadie. Y este año ha visto que su talentosa pupila, la primera española que un día voló por encima de los dos metros (deja el récord nacional en 2,02), es, además, una mujer con los pies en el suelo, serena, segura. La madurez. Y al ver esto se estira de los pelos, le pide un año más de servicio. La santanderina, 33 años, no puede decirle que no. Cómo se hace ante el hombre paciente que te ha esculpido durante un par de décadas. Ahora se va a Roma, con su madre y su hermana, y la vuelta anunciará su decisión.
Aunque sus lágrimas no confirman que vaya a saldar esta ‘deuda’ con su entrenador. «Me he emocionado mucho. Ha sido muy especial. Han venido mis padres, mi hermana, mi novio, mi psicóloga, todo mi grupo de entrenamiento y hasta la gente de Salinas de Ibargoiti, el pueblo de Marta Mendía, que antes (cuando eran rivales) me echaban un poquillo de mal de ojo y ahora los tengo de mi lado». Está claro que era un día señalado. No el último antes de otra temporada más. Pero a un ‘padre’ deportivo no se le puede decir que no.
Aunque Beitia, que este año se ha proclamado campeona de Europa y terminó cuarta en los Juegos Olímpicos, tiene ganas de vivir una vida ‘normal’, de esquiar, de subir en moto, de ser madre y de centrarse en la política. Eso supone acabar con el atletismo de alta competición, dejarlo cuando había llegado con la cabeza «al cien por cien», como le había asegurado Toñi Martos, su psicóloga, la ‘loquera’, como ella la llama. Roma dirá.
Bustos añora a los grandes
David Bustos metió su nombre en la lista de los campeones de España de 1.500. Una hoja en la que hay tantísimos nombres gloriosos del atletismo español. El balear venció en otra carrera lenta (3:45.93), otra prueba de escaqueo hasta los últimos metros. Sólo Arturo Casado, redivivo después de dos años en blanco por las lesiones, dio algo la cara al frente del grupo. Pero aún no tiene la explosividad de antaño y en la curva ya se supo sentenciado. El 100 decidía las medallas. Y Bustos fue el más veloz. Más que Álvaro Rodríguez, plata, y que Diego Ruiz, bronce.
El mediofondista siente que al fin ha dado el salto entre los mayores. Y tiene ganas de marcha, de que las estrellas de la distancia estén a tope para, al fin, poder calibrar las fuerzas y ver quién es quién en el 1.500. «La verdad es que echo de menos a Olmedo, al mejor Casado, a Higuero. Tengo ganas de medirme con ellos para ver quién es realmente el mejor. Porque así, si faltan ellos, siempre tienes la duda». Bustos cierra una temporada en la que fue bronce en el Europeo y ya codicia la siguiente, con un Europeo ‘indoor’ del que quiere salir campeón y un Mundial al aire libre.
Ángel David Rodríguez se convirtió en el primer atleta español de la historia que consigue ganar cuatro años seguidos el 100 y el 200. Mientras que Concha Montaner se quedó a las puertas del ‘doblete’. Tras ganar el 100 el sábado, este domingo fue derrotada por Mar Jover (6,47) en el último salto. Nuria Fernández logró, tras vencer en el 5.000, su quinto título al aire libre 16 años después de ganar el primero.