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Ruiz-Mateos afirma que la jueza «no sabe nada»

Sólo le importa que "termine el sufrimiento" de toda la gente a la que quiere

MADRID Actualizado: Guardar
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El empresario José María Ruiz-Mateos ha afirmado hoy que la posibilidad de que la jueza de Palma María Pascual, que le investiga por un presunto caso de estafa, ordene hoy su detención "es lo de menos", ya que a él sólo le importa que "termine el sufrimiento" de toda la gente a la que quiere.

"Ella no sabe nada, ni conoce Nueva Rumasa, ni me conoce a mí; está actuando de una manera ciega", ha asegurado Ruiz-Mateos a las puertas de su domicilio en Somosaguas (Madrid) a los medios que allí se encontraban, unas declaraciones emitidas en directo por Antena 3.

El empresario jerezano se ha preguntado si las citaciones de la juez para interrogarle son realmente "para hacer justicia" o para, según dice, seguir martirizando y sacrificando a todos los que le rodean. En relación al comportamiento de la jueza, Ruiz-Mateos ha señalado que "al final, Dios nos juzga a todos por nuestras acciones en el curso de la vida".

El fundador de Nueva Rumasa ha asegurado estar dispuesto incluso a iniciar una huelga de hambre para demostrar que su única intención es devolver todo el dinero que adeuda a sus acreedores, y ha asegurado que no dispone de "dinero fuera" del país con el que hacer frente a estos pagos.

"Nadie me hace caso"

Además, ha negado estar riéndose de la Justicia como muchos le critican, y ha defendido que una persona que ha dado trabajo a miles de personas no puede ser "frívolo". "Nadie me hace caso, y a los que hacen huelga de hambre sí. Si hay que morir se muere, lo único que me interesa es Dios y cumplir con mis obligaciones", ha concluido.

El empresario, de 81 años, hizo estas declaraciones después de eludir por tercera vez declarar ante la juez de Palma de Mallorca que le investiga por una presunta estafa de 13,9 millones en la compraventa de un hotel. Ruiz-Mateos fue detenido el miércoles durante más de trece horas por orden de la magistrada para garantizar su comparecencia al día siguiente en los juzgados de Baleares.

No obstante, tras ser liberado de madrugada por "razones humanitarias", no viajó a Palma por el "deterioro" de su salud tras su estancia en las dependencias policiales. En una anterior citación alegó la rotura de un dedo del pie para evitar declarar.