Aprende a defenderte y ganarás confianza
Las clases de defensa personal femenina son una salida para escapar de los miedos que rodean a las mujeres maltratadas
MADRID Actualizado: GuardarNo tener conocimientos previos, estar en una edad avanzada o contar con una mala condición física no son excusas suficientes para no apuntarse a clases de defensa personal femenina. Aunque parecen cifras contradictorias no lo son. A la vez que aumentan los casos de violencia machista también se amplía la oferta de cursos de defensa personal femenina. El último caso de violencia de género que pasó por los juzgados fue el pasado viernes cuando un hombre fue puesto en libertad provisional después de haber atropellado a su expareja. El hecho de que una noticia de estas características no nos haga sorprendernos es alarmante.
Agarros, golpes, estrangulaciones… deben ser denunciados por la mujer que se ve sometida a ellos. Este es el principal paso, pero no el único. Aunque no todas ellas sufren los mismos tipos de abuso, la mayoría de las víctimas tienen problemas psicológicos que les cuesta afrontar. Una buena manera de enfrentar las cicatrices y miedos que arrastran es a través de la autodefensa.
Israel Esteban es profesor de kenpo kárate y defensa personal femenina desde hace once años. Mujeres de Murcia, Almería y Toledo aprendieron a protegerse siguiendo sus pasos y técnicas de defensa. Ahora, en Madrid, da clases especiales para mujeres que han sido maltratadas en algún momento de su vida. "En este curso, el papel del profesor es algo más que explicar cómo deben defenderse", explica diez minutos antes de comenzar su clase de hoy: 'Técnicas contra arma blanca'. Esta es una de las clases más demandadas ya que además de aprender a defenderse de los agresores que llevan encima un arma como un cuchillo o una pistola, y a utilizar las uñas, rodillazos y patadas como modo de defensa, aprenden a utilizar las armas improvisadas que pueden encontrar en su vida cotidiana. Mientras los hombres son propensos a utilizar técnicas que implican fuerza bruta, un bolígrafo, una botella o un cinturón serán las principales aliadas de las mujeres.
El día después
Salir a la calle después de haber completado el curso, supone estrenar sonrisa. La cara de María, Elisa y Estíbaliz a la salida de clase dibuja la expresión firmada por la superación de hacer frente al pasado y sonreír por su nuevo futuro. "Sigo teniendo desconfianza por mis hijos pero no por mí, yo ahora soy fuerte". Así de contundente se muestra Elisa a la vez que sus compañeras asienten con la cabeza. Ellas resistieron al silencio que rodea a la violencia de género y que impuso el sector masculino hace muchos años. Hoy, se enfrentarán a agresiones y amenazas sin miedo a fracasar cuando vayan a defenderse. Reforzadas psicológicamente, con un buen estado físico y con confianza en sí mismas, salen a la calle seguras de que han cambiado su mundo.