Juguetes de Lego. / Archivo
aniversario

Lego sopla 80 velas

La empresa crea un corto de animación para dar a conocer sus orígenes en una humilde carpintería de un pequeño pueblo danés

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Apenas era una pequeña pieza de plástico moldeado, pero Ole Kirk Christiansen quedó cautivado. Llevaba años fabricando juguetes de madera e intuía que aquello era el comienzo de algo. Esta semana, Lego, la empresa creada por este carpintero danés cumple 80 años. Su nombre deriva de las palabras danesas Leg y Godt (jugar bien) y hoy por hoy es el tercer mayor fabricante de juguetes del mundo, con presencia en 130 países y más de 10.000 trabajadores.

Pero los orígenes en el pequeño pueblo de Billund no fueron fáciles. Lego ha aprovechado su aniversario para crear un corto de animación (una pena que no esté hecho con piezas de Lego) en el que relata los primeros pasos del negocio, allá por 1932. No eran buenos tiempos. A la agonía de la pequeña carpintería de Ole Kirk Christiansen, se unía la muerte de su esposa y la necesidad de sacar adelante a sus cuatro hijos. Fue entonces cuando Ole empezó a fabricar juguetes de madera, que sus vástagos acogían con entusiasmo, pero que no terminaban de traducirse en grandes ingresos. La llegada de un mayorista que les realizó un gran pedido para Navidad fue tan solo un espejismo: cuando iban por la mitad, el mayorista quebró y Ole a duras penas consiguió malvender lo fabricado colocando los juguetes entre los comercios de la zona. Para entonces, su hijo Godfrey le echaba una mano en la empresa, que no terminaba de despegar. Aunque Lego terminó la década de los 30 con beneficios y consiguió capear el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, un incendio en una noche de 1942 convirtió la empresa en cenizas. Ole a punto estuvo de desistir en su empeño.

Las cosas empezaron a cambiar el día que aquella máquina se cruzó en su camino. Había acudido a Copenhague para ver una moldeadora de plástico y, como muestra, le dieron un pequeño ladrillo fabricado de este material. El mecanismo le impresionó tanto que decidió comprarlo y empezó a fabricar pequeños osos de plástico, pero eso no era exactamente lo que tenía en mente. Aquella pequeña pieza le había impresionado tanto que empezó a fabricarlas, aunque todavía faltaba el golpe de genialidad. Llegó en 1964, cuando Godfrey, el hijo de Ole, coincidió con el dueño de un gran almacén en un viaje de negocios a Inglaterra. Durante la conversación, hablaron de juguetes. El interlocutor creía que el éxito vendría cuando alguien fuera capaz de fabricar no solo juguetes, sino un sistema. Godfrey lo vio: había que darle a los niños la posibilidad de dar rienda suelta a su imaginación, con piezas que les permitieran crear sus propias ciudades, casas, calles… Lego había dado con la clave y, en breve, la empresa ya estaba extendiendo su fórmula por todo el mundo. Apenas cuatro años después, en 1968, el parque de atracciones Legoland abría sus puertas y superaba las previsiones más optimistas, con 600.000 visitantes durante el primer año.

El resto es historia. Si al principio los pequeños ladrillos multicolores componían casas, coches y carreteras, hoy no queda nada sin 'legolizar': naves espaciales, superhéroes, dinosaurios e incluso la boda entre el Príncipe Guillermo y Kate Middleton o las pruebas de los recientes Juegos Olímpicos de Londres. La empresa está en manos de la tercera generación de la familia Kirk Christiansen, que ha conseguido que los niños de todo el mundo dediquen, nada más y nada menos, que 5.000 millones de horas cada año a moldear su creatividad a base de ladrillos de plástico.