crisis financiera

España se asoma al abismo del rescate

La prima de riesgo bate todos los récords al superar los 600 puntos y la Bolsa se desploma

BILBAO Actualizado: Guardar
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España parece una caldera a punto de estallar. La presión se ha disparado hasta un nivel insoportable con la prima de riesgo en máximos históricos tras rebasar la cota de los 600 puntos y el bono a diez años por encima del 7,2%. La escalada del coste de la deuda ha provocado una estampida en la Bolsa, que se hundió un 5,8% en lo que supone la mayor caída desde mayo de 2010, justo cuando, ante el acoso de los mercados, José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a iniciar un viraje radical en su política. Ya entonces se especuló con la intervención del país y no parece que haya habido avances desde esa fecha porque ese fantasma ha estado hoy más presente que nunca, a pesar del ajuste de 65.000 millones aprobado por Mariano Rajoy. Los inversores y analistas temen que si el Banco Central Europeo (BCE) no actúa a favor de España en esta crítica situación es porque Europa quiere forzar un rescate integral e imponer más reformas y recortes. Ayer el Eurogrupo se limitó a aprobar la ayuda a la banca.

«La pregunta que hay que hacerse es por qué no actúa el BCE y la respuesta es porque nos quieren intervenir. Es la única explicación posible a pesar de que dejar caer a España supone abrir una caja de Pandora de consecuencias impredecibles porque es muy posible que le siga Italia. Esto es mucho peor que Lehman Brothers», advierte José Carlos Díez de Intermoney. En la misma línea, Juan Mari Otxoa, de Fineco, considera que «Alemania está tensando la cuerda al máximo para conseguir una reestructuración política del Estado de las autonomías».

El ajuste de Rajoy, cuya medida estrella es la subida del IVA, ha sido muy criticado porque no mete la tijera en la estructura de las administraciones. Las dudas sobre el control del gasto de las autonomías es uno de los elementos que alimentan la desconfianza en España y hoy estos miedos se han exacerbado y precipitado la debacle después de que la Comunidad Valenciana pidiese auxilio financiero.

El Gobierno de Alberto Fabra, asfixiado por una deuda de 20.500 millones de euros -el 20% de su PIB-, se convierte así en el primero en acogerse al mecanismo aprobado recientemente por el Ejecutivo español para dar liquidez a las regiones, que no tienen como financiarse porque los mercados les han cerrado la puerta.

La siguiente

El mercado ya está especulando sobre qué comunidad será la siguiente. La propia Comunidad Valenciana, para quitarse peso de encima, ha avisado de que muchas otras seguirán sus pasos. En las quinielas aparece en primer lugar Cataluña, la única con una deuda mayor que la valenciana, y también Castilla-La Mancha y Andalucía.

Más presión para el Tesoro, que es el que tiene que financiar este mecanismo, dotado con un máximo de 18.000 millones, aunque un tercio, 6.000 millones, se obtendrá con un préstamo de Loterías. Y el Tesoro da señales de agotamiento. Este jueves tuvo dificultades en la subasta de bonos y obligaciones; ante el debilitamiento de la demanda y la desaparición de los inversores extranjeros, tuvo que ofrecer intereses astronómicos para colocar su papel.

Cuanto más sube la prima de riesgo, más intereses hay que pagar por la deuda. En 2013 esta carga podría dispararse hasta los 38.000 millones de euros, 9.000 más que este año, según ha confirmado hoy el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tras la aprobación en el Consejo de Ministros de las previsiones para los próximos años y del techo de gasto de 2013. Un tope que, apuntó, se eleva a 126.792 millones de euros.

El problema es que los ajustes adoptados por el Gobierno para contener el déficit contraen más la actividad económica y entonces cae la recaudación y aumenta el desfase. Esta espiral diabólica en la que se encuentra España ha quedado patente en el cuadro macroeconómico presentado por el Ejecutivo, que contempla una caída del PIB del 0,5% en 2013, tras el retroceso del 1,5% previsto para este ejercicio. La recesión hace más difícil pagar las deudas y eso aumenta la desconfianza en la solvencia del país.

La puntilla

Además de Valencia y las previsiones económicas del Gobierno central, la fatídica jornada de hoy ha estado marcada por la aprobación por parte del Eurogrupo de la ayuda a la banca por un importe de hasta 100.000 millones de euros. Pero está claro que esta luz verde no supuso ningún alivio ni tampoco el hecho de que el reacio Parlamento finlandés diese su visto bueno. Alberto Morillo, de Consulnor, cree que puede haber influido la advertencia incluida en el memorando de que el Gobierno español mantendrá la total responsabilidad sobre la asistencia financiera. Para rematar la faena, el BCE ha anunciado que no piensa aceptar como garantía deuda griega a partir del 25 de julio.

Este cóctel de noticias ha sido la puntilla para una semana en la que la presión sobre España no ha parado de crecer sin que Europa haga nada al respecto. La prima de riesgo ha marcado un máximo de 612 puntos, un récord desde la creación del euro, y ha cerrado en 609. La Bolsa, que en los días anteriores había conseguido desligarse, se ha desplomado. La banca fue otra vez el sector más castigado, con Bankia a la cabeza, que justo cumplía un año en Bolsa.

El contagio ha sido fulminante. La prima de riesgo italiana también se fue a los 500 puntos porque los inversores están convencidos de que caerá después. Ya se manejan cifras para los rescates: 400.000 millones para España y 700.000 para Italia, inasumible para los fondos de rescate europeos. Y, sin embargo, cada vez son más los que creen que tras el rescate de la banca y de las autonomías viene el del país.