consecuencias de la crisis

La precariedad laboral ata a los jóvenes en casa

Siete de cada diez veinteañeros viven con sus padres, lo que retrasa la formación de la pareja y el nacimiento del primer hijo

MADRID Actualizado: Guardar
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La crisis ha dado la puntilla a la situación de millones de jóvenes. La caída de la actividad económica ha provocado que los veinteañeros y los primeros treintañeros ya ni se plantean salir de casa de sus padres. Antes, en la época de bonanza, era una opción que muy pocos ejercían: solo el 44,8% en 2007. «No se iban de casa por varios motivos. Uno de ellos era el cultural, el de irse de casa con la casa y la pareja. Y otro es el mercado laboral», explica Almudena Morena, profesora de Sociología de la Universidad de Valladolid. Ahora la opción de irse es una quimera. «Los jóvenes, hace cinco o siete años cuando no había crisis, ya sufrían una especie de crisis. Ellos copaban los puestos de trabajo más precarios y los empleos temporales. Por eso entonces tampoco se podían marchar. Lo que ha hecho la crisis es demostrar esta situación: que antes, y menos ahora, podían dejar la casa de sus padres», apunta Antonio López, catedrático de Trabajo Social y Servicios Sociales de la UNED. Los dos profesores han realizado ‘La transición de los jóvenes a la vida adulta. Crisis económica y emancipación tardía’, patrocinado por la Fundación La Caixa.

De esta manera, dicen los autores, la mala coyuntura económica lo que ha hecho es acentuar la pauta de emancipación tardía entre los jóvenes españoles. La edad media del abandono del hogar familiar se sitúa alrededor de los 29 años. En cambio, en otros países como Finlandia se produce a los 23 años. «Hay cultura de emancipación. Las familias ayudan a sus hijos a marcharse de casa porque apoyan esa idea. Aquí, se los protege», ha comentado la doctora Moreno. «Y, por supuesto, hay más ayudas por parte de las administraciones», ha apuntillado. El gasto en juventud en España es el 2,9% de todo el gasto frente al 6,6% de Reino Unido o al 6,5% de Dinamarca, según el estudio.

En la actualidad el 67,4% de los jóvenes españoles de entre 20 y 29 años viven con sus padres. Entre los jóvenes menores de 30 años, son más de la mitad (55%) los españoles que viven con sus progenitores, frente al 24% de los finlandeses. En muchas ocasiones solos. Los creadores del estudio aseguran que el 33,1% de los suecos y el 23,4% de las suecas viven solos después de emanciparse. Esto se debe a que marcharse de casa está supeditada a la estabilidad laboral y económica. «En España hay una preferencia cultural y social que asocia la formación de una familia con la estabilidad económica, a causa sobre todo de la falta de ayudas institucionales», han recalcado los profesores. La principal consecuencia de esta situación es la natalidad. En 2009, la edad media de la mujer al nacer su primer hijo era de 31 años en España y el 60% de los alumbramientos provenían de padres mayores de 30 años.