El Hermitage de San Petersburgo inaugura una exposición de Santiago Calatrava
Se trata de la primera muestra retrospectiva de un arquitecto contemporáneo que presenta el prestigioso museo ruso
CORRESPONSAL EN MOSCÚ Actualizado: GuardarLa majestuosa sala Nikoláyevski del museo del Hermitage de San Petersburgo alberga la exposición del arquitecto español Santiago Calatrava 'La búsqueda del movimiento', algo insólito para un templo del clasicismo como es la prestigiosa pinacoteca rusa. Nunca antes había acogido una muestra retrospectiva de un arquitecto contemporáneo.
"Estamos ante un formato poco habitual para una exhibición", reconoció el director del Hermitage, Mijaíl Piotrovski, durante la rueda de prensa conjunta que ofreció con Calatrava. Sin embargo, añadió Piotrovski, las obras del invitado español "se encuadran perfectamente en un contexto que conocemos muy bien, el de la arquitectura clásica (...) y el propio Hermitage".
Según sus palabras, "esta exposición servirá para educar el buen gusto arquitectónico de nuestros visitantes rusos, ya que, lamentablemente, ese sentido de la estética se echa en falta en distintos sectores de nuestra sociedad, independientemente del mayor o menor nivel de formación que tengan". El museo, no obstante, cuenta con una de las mayores colecciones del mundo de planos arquitectónicos de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Calatrava, por su parte, dijo que "el hecho de que, junto a los lienzos de grandes artistas, se expongan los trabajos de un arquitecto e ingeniero confirma que, tal y como consideraban en la antigüedad, la arquitectura es un oficio pero también un arte". Preguntado sobre qué opinión le merece gozar del honor de ser el primer arquitecto que expone en el Hermitage, Calatrava respondió que "es un gesto de gran osadía".
Puente entre la arquitectura decimonónica y el siglo XXI
La muestra incluye pinturas, dos de las cuales formarán parte de la colección permanente del museo, maquetas móviles, esculturas cinéticas, huevos de cerámica suspendidos y bosquejos arquitectónicos. Algunas de las piezas han sido creadas ex profeso para la ocasión.
Calatrava se manifiesta así, no sólo como constructor, sino también en sus facetas de pintor, escultor e incluso escenógrafo. En sus cuadros muestra el cuerpo humano y también esculturas abstractas, en las que el esqueleto aparece como una estructura arquitectónica. Según Calatrava, "igual que los artistas antiguos, creo que en el centro de todo se encuentra el ser humano, por lo que el mundo se puede asimilar solo a través de nuestro cuerpo". El movimiento, a su juicio, "confiere otra dimensión a la forma y hace que cobre vida. En lugar de concebir el edificio como un mineral o una roca, lo comparo con el mar y sus olas en movimiento o con una flor cuyos pétalos se abren al alba".
Calatrava ha llevado a San Petersburgo las maquetas de algunos de sus proyectos más emblemáticos, entre ellos algunos en fase de realización: la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, el auditorio de Tenerife, las estaciones de ferrocarril de Lyon y la de Oriente en Lisboa, el puente del Alamillo de Sevilla, el de Venecia sobre el Gran Canal. También el intercambiador de la Zona Cero de Nueva York, el Museo del Mañana de Río de Janeiro, la iglesia de Fray Junípero Serra en Los Ángeles y el proyecto para la ciudad belga de Mons, capital europea de la cultura en 2015. La maqueta del World Trade Center Transportation Hub quedará igualmente incluida en el fondo permanente del museo ruso.
Hay objetos también propuestos experimentalmente por Calatrava en calidad de escenógrafo para el New York City Ballet. El insigne arquitecto afirmó ayer que "es una exposición muy personal por que la mayor parte de las piezas las he hecho con mis propias manos". En su comparecencia ante la prensa, Calatrava admitió que le gustaría proyectar para San Petersburgo algún edificio o puente, pese a que, según su testimonio, "sería una tarea complicada, ya que no se puede violar la línea de cielo de la ciudad o irrumpir en su casco viejo".
Piotrovski señala que "San Petersburgo, la ciudad de los puentes, no podía imaginar un mejor comienzo para el ciclo de exposiciones contemporáneas y de arquitectura 'Hermitage 20/21'. Para mí, Santiago Calatrava y su trascendental exposición en el Hermitage constituyen un puente de excepción entre la arquitectura decimonónica de San Petersburgo y el actual siglo XXI".
Esta exposición de Calatrava, comisariadas por Cristina Carrillo de Albornoz y Ksenia Malich, es la primera del ciclo 20/21, ideado por Piotrovski para meter en el Hermitage el arte contemporáneo, pero haciéndolo de forma que armonice con el edificio, el antiguo Palacio de Invierno de los zares, y sus obras clásicas. La sala Nikoláyevski, precisamente, está emplazada en el corazón del palacio y fue ya el año pasado escenario de la magnífica muestra enviada por el Museo del Prado. Hubo que ampliar el horario de visitas para poder dar cabida al enorme caudal de visitantes y Piotrovski ha advertido que habrá que hacer ahora lo mismo con Calatrava, cuya exhibición durará hasta el 30 de septiembre.
Calatrava conoce San Petersburgo desde sus tiempos de estudiante, cuando, según Carrillo de Albornoz, quedó impresionado leyendo a Turguéniev, Chéjov y Tolstói. Le ayudó a conocer profundamente la antigua capital imperial su amigo Valeri Guérgiev, director artístico del Teatro Mariinski, quien ayer acompañó a Calatrava en la ceremonia de apertura de la exposición.