Werner Herzog: «En 3D puedes hacer una película porno, pero no una romántica»
El director alemán, uno de los más apasionantes del cine contemporáneo, presenta 'La cueva de los sueños olvidados'
MADRID Actualizado: GuardarCon ustedes, Werner Herzog. El director alemán que arrastra consigo una de las mitologías más complejas y apasionantes del cine contemporáneo estuvo en España presentando 'La cueva de los sueños olvidados', su documental en 3D sobre las pinturas rupestres de la cueva de Chauvet-Pont-d'Arc en Francia, una película que llega con retraso de dos años a nuestro país y que deja en evidencia la actividad fogosa del cineasta: después de esta película ha filmado 'Into the Abyss', documental sobre un crimen a las puertas del corredor de la muerte en una cárcel de Texas; 'On Death Row' una serie de cuatro capítulos para la televisión sobre la pena de muerte; un corto documental y ha actuado como actor en 'Jack Reacher', junto a Tom Cruise. El autor de visiones febriles como 'Fitzcarraldo' o 'Aguirre, la cólera de Dios' y escritor de uno de los libros más apasionntes sobre la aventura riesgosa de la creación ('Conquista de lo inútil') es el gran salvaje del cine, el gran explorador del alma humana.
-'La cueva de los sueños olvidados' y 'Into the abyss' parecen títulos que podrían ser usados para otros de sus films. ¿Por qué cree que sucede esto?
-Señala dos hechos: uno, soy bueno con los títulos; segundo, mis películas son de alguna manera coherentes. Esa mirada vertical dentro del alma humana es algo que encuentras en muchas de mis películas, además de estas dos últimas que nombras. Así que 'Into the Abyss' podría haber sido el título de 'Aguirre' y de unas cuantas más. Creo que en algunos casos los títulos son intercambiables. Es extraño pero es cierto.
-¿Qué lo decidió a filmar 'La cueva de los sueños olvidados'?
-Desde los 13 años he tenido una profunda fascinación por el arte rupestre. No había planeado hacer un film de ello, pero forma parte de mis imágenes interiores y de mi alma. Por supuesto, había exclusividad. Todo el mundo en Francia quería filmar la cueva y finalmente le dan permiso a un bávaro, `qué aberración! En serio, creo que me escogieron porque estaba ardiendo de deseo por filmar las cuevas. Quería hacer esta película. Tuve una sensación muy fuerte de responsabilidad, pero también de exploración y de descubrimiento. Es algo que siempre he hecho, y quizás por eso esta película llegó a mis manos.
-Las restricciones o dificultades que conllevó este rodaje parecen naturales para usted. Pareciera que no hay cine de Herzog sin grandes obstáculos.
-Las restricciones son parte de la naturaleza del cine. Pero en este caso, estaban claras desde el principio, no eran un capricho. Otras cuevas como Altamira han tenido que ser cerradas. Esa cápsula de tiempo de la cueva de Chauvet-Pont-d'Arc, que llevaba 35.000 años intocable, requiere sus cuidados especiales. Teníamos solo 6 días en la cueva, dos horas de filmación por día, con muchas áreas restringidas donde poner la cámara. Así que tienes que encontrar soluciones inteligentes a cada momento.
-¿Qué cuentan la imágenes de la cueva sobre el ser humano?
-Sabemos poco de los habitantes de la cueva. De hecho, sí sabemos que la cueva nunca estuvo habitada por seres humanos, solo por animales. Los humanos solo entraron para pintar, quizás para rituales, pero no hay certeza. Es muy misterioso por qué escogieron la parte más oscura de la cueva para pintar. Debieron llevar antorchas para poder hacerlo, y el movimiento del fuego y de la luz debió animar las figuras, como una especie de proto-cine. No sabemos quiénes eran pero sí que eran como nosotros, era ya el hombre moderno. Son imágenes que despiden una luz sobre nosotros, iluminándonos.
-Después de haber probado el 3D para este documental, ¿tiene planes de seguir haciendo uso de la tecnología?
-No. He hecho seis películas después de 'La cueva de los sueños olvidados' y no lo he utilizado. Muchas veces siento que voy más rápido quieto que el resto corriendo. Si me das dinero y tiempo no haría ninguna película más en 3D. Soy escéptico todavía.
-¿Por qué?
Por un lado, la venta de entradas demuestra que la curva está desceniendo. Por otro lado, y más importante para mí, el cine como experiencia del espectador consiste en crear una historia paralela y única. En una comedia romántica, esperamos que los amantes se unan otra vez. Vivimos a través de la película una historia paralela que como espectadores desarrllamos. En 3D, es todo efecto, efecto, efecto. No nos da la oportunidad de crear nuestras propias historias y esa es la magia del cine. Lo puedo decir más directo: puedes hacer una película porno en 3D porque lo único que importa es el espectáculo de los eventos (la fornicación), pero no puedes hacer una comedia romántica en 3D. Esa es la diferencia.
-¿No se imagina el barco de 'Fitzcarraldo' subiendo la montaña en espectacular 3D?
-Podrías ver el barco en 3D pero no verías entonces la gran ópera humana que hay detrás, el gran sueño febril de un hombre, que es de lo que nos habla la película. Es una gran metáfora. Dame millones de dólares y aún así no lo haría en 3D.
-Sin embargo, 'La cueva de los sueños olvidados' sí le pedía usar esta tecnología tridimensional
-Fue imperativo en este film porque los artistas que pintaron la cueva utilizaron los relieves de la piedra para crear un drama pictórico. Yo debía llevar algo a la audiencia que le permitiera vivir la tridimensioalidad del espacio. No hubo discusión.
-¿Qué nos puede contar de la Herzog's Rogue Film School, esos seminarios donde da lecciones de vida y cine?
-En la escuela no enseño realmente, es más una forma de vida. He intentado brindar respuestas sistemáticas a la enorme cantidad de jóvenes cineastas que acuden a mí. Para muchos, el paso por la escuela les ha brindado un cambio de perspectiva en sus vidas, sobre todo en lo que concierne a su autoconfianza; a ser capaces de arrancar un proyecto sin tener que esperar durante años por la financiación. Se pueden hacer veinte películas. Yo les digo, sal y filma donde quiera que sea, un club sexual, un manicomio, cualquier lugar donde haya 'pura vida'. Les enseño tácticas de guerrilla para filmar, técnicas pícaras de rodaje, etc. El problema es que no tengo tiempo. No planifico mi vida, ni la escuela, ni mis películas más allá de unos cuantos meses. Nunca he planeado mi carrera. Siempre tengo seis o siete proyectos flotando en mi cabeza y presionándome. No sé cuál acabará saliendo antes. Suelo decir que son como un huésped no invitado. Y me da igual si es importante o no, el cine es lo que amo.