El Constitucional ordena la disolución del Parlamento egipcio
El tribunal autoriza la candidatura de Shafiq para las elecciones presidenciales
EL CAIRO Actualizado: GuardarUn polémico fallo del Tribunal Constitucional egipcio ha ordenado la disolución del Parlamento por irregularidades en su formación, solo dos días antes de los comicios presidenciales, en los que podrá participar el general retirado Ahmed Shafiq tras recibir luz verde de esa misma corte.
La sentencia deja al país tal como quedó tras la revolución que acabó con Hosni Mubarak hace 16 meses: sin presidente, sin Parlamento y sin Constitución.
La Junta Militar ha anunciado inmediatamente que recupera el poder legislativo, que había transferido al Parlamento tras su formación en enero, "de acuerdo con la ley y con la Declaración Constitucional (provisional, en vigor desde marzo de 2011)", según ha señalado el portavoz de la cúpula castrense, Mohamed Askar.
El Constitucional ha resuelto que las elecciones legislativas del pasado invierno fueron inconstitucionales, por lo que el Parlamento resultante ha quedado invalidado, ha precisado la vicepresidenta de esta corte, Tahani el Gebali. Una tercera parte de los diputados elegidos en la Cámara Baja (166) consiguieron su escaño en listas individuales abiertas, pero el Constitucional ha considerado que estos vulneraron la ley electoral, ya que muchos concurrieron representando a partidos políticos y no de forma independiente. El Gebali ha agregado que las decisiones y leyes aprobadas hasta el momento por el Parlamento egipcio no serán anuladas porque gozan de inmunidad, aunque persisten las dudas sobre si la Asamblea Constituyente, elegida el pasado martes, se mantendrá o tendrá que ser designada de nuevo.
Vía libre a Shafiq
Sin embargo, pese a las acusaciones abiertas de "golpe de Estado" formuladas por los principales líderes políticos, la reacción en la calle no fue tan airada de inmediato como algunos habían pronosticado. Egipto parece más bien contener el aliento ante la cercanía de las elecciones presidenciales, donde los egipcios deberán elegir entre Shafiq, último primer ministro de Mubarak y visto por muchos como un resabio del antiguo régimen, y el islamista Mohamed Mursi, el candidato de los Hermanos Musulmanes.
La limpieza y transparencia de las elecciones de este fin de semana dictarán sentencia sobre las sospechas que se ciernen sobre la Junta Militar, acusada de pretender la victoria de Shafiq y de borrar de un plumazo a los Hermanos Musulmanes.
En las últimas horas, las prolíficas redes sociales en Egipto bullen en comparaciones entre la actual situación y la de 1954, cuando Gamal Abdel Naser lanzó una ofensiva a gran escala contra la Hermandad para garantizarse un poder omnímodo.
Contra estos rumores, la propia Junta Militar ha asegurado a través de los medios estatales que la segunda vuelta de las elecciones se celebrarán como está previsto, el sábado y el domingo, y que "no hay ningún cambio" al respecto. Tampoco habrá cambios en los dos contendientes, Shafiq y Mursi, pese a que la atención estaba hoy a priori enfocada en si el Constitucional invalidaría la candidatura del exmilitar, cosa que al final no ha hecho.
La corte ha considerado inconstitucional la Ley de Aislamiento Político, una norma que había sido aprobada 'ad hoc' por el Parlamento para impedir a los altos cargos del antiguo régimen, como Shafiq, presentarse a las elecciones. Finalmente, el tribunal ha resuelto permitir la participación de Shafiq, lo que este ha calificado como una decisión "histórica". "El mensaje del fallo es que ha terminado la época del ajuste de cuentas y del aprovechamiento de las instituciones del Estado en favor de un determinado grupo", ha manifestado.