MERCADOS

Maldito 7%

El prima alcanzó los 550 puntos, un nivel nunca registrado desde que existe el euro, y los inversores exigían rentabilidades del 6,998% para comprar estos títulos

MADRID Actualizado: Guardar
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Tensión extrema. La prima de riesgo de España y el coste de la financiación del Estado han escalado nuevos máximos. Durante la mañana de este jueves, el diferencial de las obligaciones españolas a diez años con el bono alemán del mismo plazo alcanzó los 550 puntos, un nivel nunca registrado desde que existe el euro, y los inversores exigían, en el mercado secundario, rentabilidades del 6,998% para comprar estos títulos.

- ¿Es la primera vez que se llega a estas cotas?

El 17 de noviembre de 2011, en la subasta, el Tesoro tuvo que pagar por sus obligaciones a diez años una rentabilidad marginal -la máxima, antes de que se suspenda la colocación- del 7% para convencer a los compradores. En el mercado secundario, donde los inversores negocian estos títulos entre ellos, la diferencia de retribución respecto al bono alemán del mismo plazo -la tristemente famosa prima de riesgo- rozaba entonces los 500 puntos básicos que ahora supera con creces hasta registrar un máximo histórico de 548 puntos básicos, el que presentó el pasado 6 de junio.

- ¿Por qué estas cifras disparan todas las alarmas?

Grecia fue intervenida el 10 de mayo de 2010 cuando su prima de riesgo alcanzó los 450 puntos básicos y la Unión Europea acudió en auxilio de Irlanda al llegar este diferencial a los 544 puntos básicos en noviembre de ese mismo año. Portugal tuvo que tirar la toalla con una prima de riesgo de 627 puntos básicos el 5 de mayo pasado. Aunque en el caso luso la resistencia fue algo mayor, porque tenía que pagar por esas fechas un 8,6% a los compradores de sus títulos a diez años, las autoridades se plegaron tras reconocer que no se iban a cumplir los objetivos de reducción del déficit público. Inquietud adicional produce que España registre estos niveles después de obtener una asistencia financiera para la recapitalización de la banca -otra fórmula de rescate- que puede llegar hasta 100.000 millones de euros.

- ¿Qué acontecimientos han vuelto a colocar a España en primera línea de fuego?

El anuncio del préstamo europeo para el rescate bancario, sin concretar beneficiarios ni condiciones, unido a las declaraciones contradictorias de responsables políticos y económicos, han generado muchas incertidumbres. El crédito engrosará la deuda española, y seguramente también el déficit público si, como es probable, el cobro de intereses más el reintegro del capital por las entidades no compensan la totalidad de lo aportado y afloran pérdidas en las operaciones. La rebaja de la calificación de la deuda española por parte de Moody´s en tres tramos, hasta dejarla a un nivel próximo al del 'bono basura', ha sido el remate a unas jornadas de extraordinaria presión. Estamos en vísperas, además, de unas elecciones en Grecia cuyos resultados pueden poner al euro al borde del estallido.

- ¿Qué consecuencias tiene la rápida escalada de la prima de riesgo y del bono a diez años de España?

En primer lugar, encarece la financiación pública hasta niveles difícilmente soportables. Es cierto que el Tesoro pagaba más por las obligaciones a diez años en la segunda mitad de los noventa, pero entonces no existía el euro, la política monetaria la decidía el Banco de España, los gobiernos podían acudir a la devaluación y España estaba haciendo méritos para formar parte de la Unión Monetaria. Hoy día, que el Estado tenga que pagar cinco puntos porcentuales más que Alemania para obtener dinero no resulta compatible con la pertenencia a una zona económica común. Sin olvidar que ese encarecimiento lo contamina todo, cirre el acceso de los bancos a los mercados mayoristas del dinero, hace inviable la financiación de las empresas y por esa vía estrangula el crecimiento.

- ¿Qué soluciones de emergencia se pueden adoptar?

Cuando Italia y España sufrieron los primeros ataques de esta ofensiva especuladora, el Banco Central Europeo resucitó su programa de compra de deuda para aplicarlo a los títulos de los dos países en el mercado secundario, allí donde se negocian los instrumentos ya emitidos. Los efectos de esta actuación se han ido diluyendo y la institución monetaria suspendió las compras hace más de tres meses. En carta dirigida a los máximos dirigentes de la Comisión y del Consejo Europeo el pasado 6 de junio -tres días antes del rescate bancario- el presidente Mariano Rajoy les lanzaba una petición urgente de auxilio por la vía del BCE, para que sirva de cortafuegos frente a la desconfianza generalizada. La unión bancaria, fiscal y más aún la política tardarán en llegar, argumentaba el Jefe del Ejecutivo español, y la actuación del instituto emisor del euro es el único procedimiento de emergencia del que disponemos. El Banco Central Europeo no puede comprar directamente al Tesoro, porque no lo permite la actual redacción de los Tratados.

- ¿Para qué ha servido la 'barra libre' de financiación a más largo plazo que el BCE abrió en dos ocasiones, en diciembre de 2011 y el pasado febrero?

Los bancos españoles han copado la mayor parte de estos recursos, concedidos al 1% de interés, y lo mismo hacen con las subastas a corto plazo. Una buena proporción de este dinero que toman lo colocan en el Banco Central Europeo al plazo de un día. Lo tienen ahí como 'seguro de liquidez' porque el acceso al interbancario (donde los bancos se prestan unos a otros) está cerrado para una mayoría.