La ONU, en el punto de mira en Siria
Los cascos azules desplegados extreman las medidas de seguridad tras la emboscada de ayer en Al Haffa
ENVIADO ESPECIAL A SIRIA Actualizado: GuardarUno de los coches acribillados de Naciones Unidas descansa en el aparcamiento del hotel Porto de Tartús. La complicidad que pudo existir al comienzo entre militares sirios y cascos azules se ha roto en los últimos días tras los ataques sufridos en zonas leales al régimen. Los medios oficiales han logrado llegar a los sectores más duros que respaldan a El-Asad y el mensaje es que la misión de la ONU está atentando contra la soberanía del país. Camino de Al Haffa, donde se produjo la última emboscada, los vecinos temían que los cascos azules ayudaran a escapar a los “terroristas islamistas venidos de Turquía para sembrar el caos”, como repiten de forma obsesiva los medios oficiales.
Aquí se observa lo que quieren las autoridades y por algún motivo no les interesa que la ONU llegue a Al Haffa, la ciudad suní sometida a un asedio militar desde hace una semana y donde la oposición asegura que hay miles de civiles atrapados. Tras la masacre de Qubair los militares cerraron el paso a la misión internacional durante 24 horas y cuando llegaron solo vieron casas quemadas, nada de cuerpos. El trabajo de los cascos azules es cada vez más peligroso porque ahora desconfían de los escoltas que les proporcionan las autoridades, los mismos que les llevaron directos a la encerrona de Al Huffa y que no estaban presentes cuando se produjeron los ametrallamientos de sus vehículos que huyeron en dirección a Idlib (22 impactos de bala) y Tartús (ocho impactos).