Las tres revoluciones de Pastora Imperio
Carisma, arrogancia y generosidad forjaron el carácter de la genial bailaora, una “superviviente” cuya vida novela la periodista María Estévez en ‘Reina del duende’
MADRID Actualizado: GuardarPastora Imperio fue un torbellino para el flamenco, el amor y la vida. Pastora Rojas Monje (Sevilla, 1889 - Madrid, 1979) revolucionó su arte introduciendo el baile con los brazos, pero también los usos sociales y políticos de su tiempo. Gitana, madre soltera y primera divorciada en nuestro país, fue la única y pionera artista firmante del primer manifiesto en favor del voto femenino. Luchó, sin ser feminista, por la igualdad de la mujer y de los hijos nacidos fuera de matrimonio. Fugazmente casada con el torero Rafael Gómez ‘El Gallo’, Fernando de Borbón, primo del rey Alfonso XIII que tiraba los tejos a la bailaora, fue el padre de su hija, a la que educó sola. Con el mundo a sus pies, pretendida por un monarca, adorada por un cine al casi siempre dijo nones, triunfó en teatros de medio mundo y rindió a su genio a la generación del 98 y a la ‘intelligentsia’ del 27.
Estos son algunos de los ingredientes de una vida apasionada y apasionante con los que la periodista María Estévez ha novelado la vida de este ciclón artístico y retratado su época. ‘Reina del duende’ (Roca editorial), escrito en colaboración con Héctor Dona, biznieto da la bailaora, aterriza ahora en las librerías. Casi cuatros años ha estado la periodista puliendo el escaso material documental sobre la vida de la cantante, bailaora y actriz. Unos datos y precisiones que Pastora Imperio, muy celosa de su intimidad y sus infiernos, trato de mantener a salvo de la curiosidad pública.
“Aun así desvelo secretos, como las razones que la llevaron a divorciarse de ‘El Gallo’, mítico matador de toros y su verdadero amor, apenas un año después de la boda” relata la periodista. “La fama de la pareja sería hoy equiparable a la de Brad Pitt y Angelina Jolie”. “Imaginemos que el dúo Brangelina se rompiera sin que nadie supiera por qué. Pues bien, ocurrió con Pastora y Rafael y el libro desvela las dramáticas razones de la ruptura, que tiene mucho que ver con el machismo imperante en la época, los celos y el choque de dos egos grandiosos e indomables que hicieron su amor imposible” anticipa la escritora. Además de su amorío posterior con el primo del rey y padre de su hija, en Argentina Pastora fue amante del multimillonario Luis Mitre, hombre casado e hijo del presidente Bartolomé Mitre.
Poderío
La palabra que mejor define a la gran artista es “superviviente”. “Supo apañárselas con el mismo salero y soltura con la monarquía la república y el franquismo”. “Monárquica de corazón, convenció a los republicanos de que no la mataran y actuó para las brigadas internacionales; vivió en el filo de la navaja con los tres sistemas sin pasar facturas a nadie y dando muestras de generosidad y de una portentosa capacidad de adaptación” destaca Estévez. “Ayudaba a quien podía sin importarla que fuera de izquierdas, de derechas, o del medio”, rememora.
Puro temperamento “con mucho ángel pero sin la energía de Carmen Amaya”, su carácter fue “una mezcla de carisma, arrogancia y generosidad”. “Creía, como Rocío Jurado, que su poderío no tenía límites sobre el escenario, que era la indiscutible número uno, capaz de afrontarlo todo. Y era así gracias al enorme ego que alimentaba su personalidad” resume su biógrafa.
Fue Jacinto Benavente quien la bautizó para la historia. “¡Pastora, tú bien vales un imperio!” exclamó tras verla sobre las tablas el dramaturgo y premio Nobel. Al día siguiente Imperio era el apellido artístico de esta sevillana garbosa, hija del barrio de la Alfalfa, que puso de moda la bata de cola.
Manuel de Falla sucumbió también a su talento al extremo de escribir para ella las brillantísimas páginas de ‘El amor brujo’ que Pastora paseó por el mundo. Su éxito global en un mundo localizado le permitió tratar a Mata Hari y John Dos Passos relanzar la carrera de Arthur Rubinstein, un genio del piano en horas bajas que siguió la recomendación de la bailaora y se presentó antes sus contactos argentinos para remontar el vuelo.
Precoz
Hija de la bailadora gitana ‘La Mejorana’ y del sastre de toreros Víctor Rojas, subió a un escenario por primera vez con diez años. Se presentó en los carteles como Pastora Monje y luego como Pastora Rojas, siempre con un variado repertorio en el que recitaba, cantaba y bailaba cualquier palo. Su presentación en 1912 en el Teatro Romea de Madrid fue su trampolín al resto de España primero, y luego a Paris y a Cuba, Argentina y México. Su consagración llegó con el estreno de ‘El amor brujo’, el 15 de abril de 1915 en el Teatro Lara. Dos años después actuaba ante los Reyes de España en una fiesta en favor de la Cruz Roja.
Retirada de la escena en 1928, reaparecería en 1934 para encadenar casi tres décadas de gloria y retirarse definitivamente en 1962. Bisabuela de la actriz española Pastora Vega, la Imperio renegaba del cine, pese a lo cual participó en películas como ‘La danza fatal’ (1914), ‘La reina de una raza’ (1917), ‘María de la O’ (1936); ‘La marquesona’ (1940), ‘¡Canelita en rama!’ (1943), ‘El amor brujo’ (1949) y ‘Duelo en la cañada’ (1959). En el teatro se sumó al reparto de ‘Dónde vas Alfonso XII’ (1957), de Juan Ignacio Luca de Tena.
María Estévez es una periodista trotamundos especializada en cine y corresponsal en Los Ángeles para los medios de Vocento. Antes pasó por Londres y Nueva York. Perteneciente al Women Film Critics Circle, enamorada del flamenco, pertenece a la familia Ortega: su abuela era la bailaora Regla Ortega, sobrina de Rafael ‘El Gallo’. El madrileño Héctor Dona Vega, bisnieto de Pastora Imperio, es músico y actor y ha publicado varios discos y participado en largometrajes y series. En 1997 fue telonero de Michael Jackson en su gira por España. Desde crío deseó rendir homenaje a su bisabuela, lo que logra con su colaboración en esta biografía novelada.