Milagro del Barça en el Palau
Marcelinho Huertas da el 1-0 al equipo azulgrana con un triple a tablero sobre la bocina de un partido en el que el Madrid fue muy superior y llegó a mandar por 17 puntos
BARCELONA Actualizado: GuardarLa Liga Endesa adquirió un color azulgrana inesperado gracias a un triple afortunado de Marcelinho Huertas sobre la bocina que culminó una remontada heroica del Barça Regal. El Madrid, muy superior en el baloncesto académico, que llegó a mandar con +17 en el tercer cuarto, sucumbió en el ‘basket’ alocado, el que lideraron Navarro (21) y Mickeal (15) en el último cuarto con un protagonista inesperado, el base brasileño, desacertado durante todo el encuentro y que anotó su única canasta en el momento decisivo: un triple a tablero y en carrera. 81-80 y 1-0 para el Barça en un Palau desatado que creyó más que los jugadores en la proeza.
Más vivo en el rebote ofensivo, más acertado en el lanzamiento, más fuerte en la botella, el equipo de Pablo Laso había sido muy superior a un Barça que solo vivió del orgullo de un ‘tocado’ Navarro, Mickeal y Lorbek. Los clásicos. En cambio, Eidson, Wallace y Huertas, todos ellos refuerzos de la presente temporada, evidenciaron sus carencias ante un Madrid en el que Tomic, Llull, Carroll, Singler, en definitiva, todos, jugaron como un conjunto.
Aunque llegaban al primer partido del ‘playoff’ por el título empatados en sus pulsos directos de la presente temporada (el Madrid ganó la Copa del Rey y el partido de la fase regular en el Palacio de los Deportes, mientras que el Barça se impuso en la Supercopa y en el Palau), en el ambiente flotaba un cierto olor a superioridad del equipo blanco por los encuentros más recientes. Ni siquiera el mayor desgaste de los de Pablo Laso en semifinales (3-2 al Caja Laboral por el 3-1 de los de Xavi Pascual al Valencia) eliminó esa sensación que tenía que ver mucho más con lo psicológico que con lo deportivo, por lo menos de inicio.
Y efectivamente, el 0-5 de salida fue más que un aviso. El 2+1 de Velickovic y la canasta de Singler ya provocaron una constante precipitación en el conjunto azulgrana. A base de arreones de un inspirado Lorbek en ocasiones se acercó en el marcador. Incluso le dio la vuelta de forma esporádica, pero era un baloncesto ficticio, sin consistencia, a merced de una máquina blanca bien engrasada en la que todos aportaban puntos hasta finalizar el primer cuarto 10-15.
Un Palau frío, casi helado entonces para tratarse de un clásico, tampoco ayudó a un Barça que buscó la reacción apelando al renqueante Navarro. Pero entre su dolorosa fascitis plantar y el buen marcaje del Madrid, la ‘Bomba’ quedó desactivada. Con Tomic reinando en la botella, Llull mandando con su energía y Carroll a gusto más allá de la línea de los tres puntos, la diferencia aumentó en el segundo cuarto (37-43).
La hecatombe, en el tercer cuarto
La hecatombe del Barça llegó en un tercer cuarto pésimo en el que el Madrid llegó a tener 17 puntos de ventaja. Y eso que Navarro encontró una vía, pero era el único. Lorbek desapareció, Huertas era inocente y hasta un Xavi Pascual desconocido fue sancionado con una técnica en plena reacción. El 54-66 le daba una ventaja casi decisiva a un Madrid muy serio.
Y en el último cuarto, parecía más de lo mismo, con un Carroll acertado hasta en la captura del rebote ofensivo y un Madrid letal desde la línea de tres. La reacción final del Barça fue un espejismo. Mickeal llegó a colocar un -4 (74-78) a tres minutos del final y Fran Vázquez, con un tiro libre, hizo soñar al Palau (75-78) antes de poner un tapón descomunal a Tomic del que nació la acción del empate: un triple de Navarro marca de la casa. El +17 blanco había quedado conjugado, pero quedaban 42 segundos de infarto. Llull no desaprovechó dos tiros libres (78-80) y, tras un mal pase del Barça, se jugó el triple de la victoria. El rebote cayó en manos de Huertas, que corrió hacia la gloria culminando un 81-80 con un parcial final espectacular de 38-20.