Fotografía de Andy Warhol. / Brigid Berlin
FOTOGRAFÍA

Chicos malos en la catedral del underground

El santuario de Andy Warhol retratado por sus adeptos es uno de los platos fuertes de PHotoEspaña

MADRID Actualizado: Guardar
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Albergó una suerte de secta consagrada a Andy Warhol (1928-1987). En los años sesenta del siglo XX el gurú del arte pop instaló su santuario en destartalados edificios industriales del corazón de Manhattan. Nacía la Factory, por la que deambularon los acólitos de Warhol, chicos malos y chicas nada comunes. Los personajes más estrafalarios y extremos de un tiempo en que exceso y creación iban de la mano. Mucho antes de sospechar que aquellas mugrientas naves se convertirían en la catedral del underground, los adeptos de Warhol retrataban cuanto ocurría ante sus ojos. Un tiempo y un ambiente cargado de sexo, drogas, arte y rock que congelaron con polaroids, fotomatones, instamátics y rolleyflex y que rescata ahora la muestra 'De la Factory al mundo'.

Son, a menudo, fotos de baja calidad artística pero de un excepcional valor documental. Nos cuentan medio siglo después cómo y qué se cocía en las entrañas de aquel creativo laboratorio contracultural de ladrillo visto cubierto de papel de aluminio. Una olla intelectual y artística en al que bullían talentos muy diversos catalizados por un tímido, finústico y teñido chico de Pittsburgh: Andrew Warhola, un hijo de emigrantes checos que se reinventó como Andy Warhol en la gran manzana. Un encantador de serpientes y marchantes que convirtió aquel espacio fabril en un imán para friquis y una máquina de hacer dinero al servicio de su múltiple y discutido talento.

Es esa la historia que nos cuenta 'De la Factory al mundo. Fotografía y la comunidad de Warhol', una de las muestras más potentes de PHotoEspaña 2012, que celebra su 15 edición bandeando la crisis pero con un mordisco del 25% en su presupuesto. Examina el papel decisivo de la fotografía en la construcción, documentación y difusión de la contracultura, aquella bohemia chic neoyorkina que encontró en Warhlol a su becerro de oro y en la Factory su santuario. Un especio legendario que fue escenario de las más de 100 películas y las 500 pruebas de proyección que Warhol realizó y en la que retrata a al variopinta fauna contracultural: la Velvet Underground, Bob Dylan, Lou Reed, Dennis Hopper, Marisa Berenson, Susan Sontag, Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Peter Hujar o Allen Ginsberg.

Comuna y pasarela

Catherine Zuromskis es la comisaria de la muestra, un caleidoscopio de cien imágenes que muestran desde dentro la historia de la Factory como un fenómeno social. Explica "la pertinencia para la práctica social y artística en un contexto contemporáneo" del famoso estudio de espíritu comunal. Desentraña además muchas de las claves del torturado talento y la extraña personalidad de Warhol "quizá el artista estadounidense más importante del siglo XX" a juicio del comisaria, para quien su imagen "fría, distante y asexual es fruto de una maniobra conceptual del propio Warhol".

Los fotógrafos que transitaron por la Factory, como Richard Avedon, Cecil Beaton, Billy Name, Stephen Shore Nat Finkelstein, Christopher Makos, y el propio Andy Warhol, son los autores del centenar de fotografías de muy distintos tamaños y épocas. Las de Warhol tienen un interés muy especial, dado que son poco conocidas. Unas imágenes que, según Zuromskis, contrastan con las de los demás artistas de aquella comunidad que "expresan su distinta perspectiva social en función de su visión estética".

Bill Name deja claro qué ocurría entre aquellos jóvenes mirones encantados de exhibirse y para quienes la música el sexo y el arte formaban parte del mismo todo. "La Factory era como una gran cámara en la que entrabas, te exponías y te revelaban". Una pasarela en la que los salvajes cachorros de Warhol se autorretratan en poses provocadoras y estrafalarias.

Dividida en cuatro apartados, la exposición recorre toda la historia de la Factory, desde la apertura en 1963 de la primera sede el Midtown de Manhattan, hasta 1968, cuando Warhol traslada la factoría a Union Square Oeste, en el bajo Manhattan. La segunda sección se centra en la obra de Billy Name y de Brigid Berlin, amigo personal de Warhol, e incluye las famosas tiras de fotomatón y las polaroid fruto, según la comisarían del "punto de entretenimiento" que la fotografía tenía en la década de los 60-70. Una década en la que la comunidad funcionaba más "como grupo de amigos que como proyecto artístico en sí mismo".

Elegancia

Desde su experiencia en el mundo de la moda, Richard Avedon y Cecil Beaton aportan una visión mucho más elegante y distante del mundo subterráneo y contracultural en el que nació la Velvet de Nico y Jean-Michel Baskiat trazó sus primeros garabatos. Con Avedon y Beaton se abre en la Factory un encendido debate sobre las formas tan políticamente poco correctas del arte que se practicaba en el taller y la sutileza que ellos encaraban en sus imágenes

Las fotografías de Warhol, no expuestas antes, se incluyen en las dos última secciones. La comisaria las sitúa en el periodo de "la enfermedad social de Warhol", un buscado aislamiento que él mismo refiere, y en los meses inmediatamente anteriores a su muerte, cuando el artista agotaba "varios carrete de fotos cada día".

La muestra incluye una selección de libros y revistas que repasan las múltiples facetas de Warhol. "Descubre las entrañas del espacio donde se fraguaron algunas de las obras y artistas más influyentes en la producción artística actual" según Borja Baselga, director de la Fundación Banco Santander que patrocina la exposición.