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«Hacemos crítica en los bancos, aunque nos acojone»
Eleurito, uno de los miembros de flo6x8, explica qué hay detrás de este colectivo activista, autor de la bulería ‘Bankia, pulmones y branquias’
MADRID Actualizado: GuardarAl otro lado del teléfono Eleurito se presenta todo lo que se puede presentar, un apodo y poco más. Ni siquiera un nombre de pila que haga más cómodo dirigirse a él. “Sería fácil identificar quién soy”. Su arte y también su forma de protesta y la del colectivo del que forma parte se ha propagado en los últimos días en cientos de retweets y de vídeos vistos en Youtube. “Estamos desbordados”, reconoce sin querer ahondar mucho más. Pocas de sus acciones han tenido tanto eco. En la misma semana en la que el Gobierno retocaba al alza una y otra vez la cuantía para salvar Bankia, una bulería y los taconeos indignados del colectivo activista flo6x8 se repetían decenas de miles de veces en ordenadores y dispositivos móviles por todo el país. ‘Bankia, Bankia, Bankia. Pa’ ti seis pulmones, pa’ mí ni unas branquias”, canta Pincho de Leche, que comparte la autoría de la letra con Eleurito, dentro de una sucursal del exbanco de Rato, a quien también va dedicada una de las estrofas: “No me trajines más Rodrigo, que por tu mala cabecilla acabemos furtivos”.
Surgieron en plena crisis de Lehman Brothers y desde entonces se aferran al flamenco como lenguaje protesta con un escenario casi único: los bancos. Ya van más de 40 acciones, como la Rumba Rave ‘Banquero’ en un Santander de Sevilla o la Seguiriya a la dación en pago en un BBVA de Málaga. En sus acciones van a cara descubierta, pero para hablar prefieren recurrir a sus apodos, como Paca La Monea, La Prima de Riesgo o Niña Ninja, también como símbolo de descontento y como una forma de hacer “economía divulgativa”. “Cuando hicimos una acción contras las agencias de rating frente al Banco de España en Sevilla la gente preguntaba y había quien no sabía qué eran. O cuando les decimos que uno de nosotros se llama ‘El Moodys’, nos dicen que eso qué es y se lo explicamos”
Prefieren no desvelar cuántos son –“siempre decimos que flo6x8 somos 48”, ironizan -, pero entre ellos hay perfiles variados. Profesionales del flamenco, como Eleurito, y también aficionados: programadores informáticos, diseñadores gráficos, realizadores, maquilladores, hasta un catedrático de Economía que echa una mano con la letra de los fandangos.
Les preocupa que su mensaje se trivialice. “Nuestro objetivo es un juicio de Nuremberg 2.0 a la banca”, explica Eleurito, interesado en rebasar lo anecdótico de un flashmob para que llegue el mensaje. “Hacemos una crítica al sector financiero. Nuestro primer objetivo fue quitarle a la gente la idea de que los bancos son sagrados e intocables, desenmascararlos. Eso ya está realizado, no por flo6x8, sino porque la gente ya es consciente. La segunda parte era que la gente perdiera el miedo a señalarse, a decir lo que piensa; la tercera, que los bancos pudieran ser objeto de crítica. Ahora estamos en el momento en que la gente vaya a los bancos y se plante allí, la líe”.
Han recibido ofertas para actuar sobre un escenario, pero se niegan. Sienten que su taconeo pertenece a los suelos de mármol, cerca del director, el interventor o el cajero de cualquier banco. “Donde sentimos que hacemos crítica es en las oficinas, aunque nos acojone. ¿Cómo recreas en un escenario esa confrontación de verdad?”.
Las acciones se preparan con antelación de varias semanas. Eleurito recurre a un ejemplo gráfico para evitar dar detalles. “Esto se organiza como el golpe a un banco”. Y, como en ‘Atraco a las tres’, todo se guioniza, hasta lo más insignificante, aunque luego toque improvisar e incluso abortar la operación, bien porque la bailaora no se sienta preparada o porque un perro entre por la puerta de la sucursal en el peor momento y pueda estropear el cante con sus ladridos. Otros ‘golpes’ se toparon con empleados e incluso algún que otro cliente que les increpaban. “Ha habido vídeos que no hemos subido y es por algo”, aunque cuanto más se prolonga la crisis menos reticencias se encuentran.
Eleurito se despide. Por supuesto, no dice dónde ni cuándo será la próxima vez que él y sus compañeros reaparezcan con su flamenco indignado. “Hay próxima acciones”, es lo único que se arriesga a decir.