ESPACIO

Quince minutos eternos

Las comunicaciones entre la Tierra y Marte sufren un retardo de entre 6 y 20 minutos, un grave problema de cara a enviar una misión tripulada

MADRID Actualizado: Guardar
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Las instrucciones recibidas desde Houston resultaron esenciales para salvar la vida de los tres astronautas del Apollo 13. La comunicación instantánea con Lovell, Haise y Swigert logró evitar el desastre. La nave se encontraba próxima a la Tierra, pero ¿qué hubiera ocurrido en una zona del espacio más remota? Muy probablemente los tres astronautas hubieran perecido. La ecuación es sencilla: cuanto más lejos se encuentra el emisor del receptor, más retardo se produce en la recepción de los mensajes de radio.

Tanto la Estación Espacial Internacional como la Luna se hallan los suficientemente próximas al planeta como para que las comunicaciones entre un punto y otro se reciban de inmediato, o con un único segundo de retardo en el caso de la cara oculta del satélite terrestre. En el caso de Marte, sin embargo, la transmisión se retrasa entre 6 y 20 minutos –unos 15 de media- dependiendo de la posición de ambos planetas. De esta manera, desde que el astronauta solicitase instrucciones hasta que las recibiera pasarían 30 minutos. Este intervalo de tiempo es lo suficientemente importante como para suponer uno de los principales escollos a resolver de cara a enviar una misión tripulada al Planeta Rojo.

Estos minutos de más condicionan sobremanera la posibilidad de pisar Marte. En primer lugar la nave deberá contar con una inteligencia especial. Es decir, estar dotada de los mecanismos en inteligencia artificial suficientes como para responder a situaciones críticas por sí sola. Otro elemento a tener en cuenta es el número de astronautas. En un viaje de estas características y de tal duración deberá contar con expertos en varios campos. El pasaje debe contar, por ejemplo, con médicos, científicos e ingenieros que solucionen cualquier contratiempo sin la ayuda extra del personal destacado en la Tierra. Ambos condicionantes suponen un incremento considerable en el peso del vehículo espacial, lo que exige a su vez una mayor carga de combustible para realizar el viaje de ida y vuelta.

Envío por láser

Las dificultades en la comunicación también afectan al volumen de datos que se transmiten. Varios astronautas serían capaces sobre la superficie marciana de recopilar una cantidad ingente de información pero ¿cómo enviarla? Actualmente el viaje de una imagen en alta resolución entre el Planeta Rojo y la Tierra supone cerca de 90 minutos.

Con el fin de solucionar estos escollos la NASA investiga varias posibilidades. La principal de ellas se centra en usar la luz de un láser como vehículo de la información que sería capaz ransmitir hasta 100 megas por segundo, lo que ofrece tanto mayor capacidad como velocidad. Las imágenes se recogerían en tan solo cinco minutos. Su principal problema es que tratándose de un mecanismo óptico, emisor y receptor deben estar orientados el uno hacia el otro. Y en muchas ocasiones la Tierra y Marte tienen al Sol por medio. Para esquivarlo sería necesaria una red de satélites.

Si quiere llegar a conocer los secretos de Marte, el ser humano deberá antes revolucionar su sistema de comunicaciones. Sin la capacidad de enviar y recibir mensajes al instante, difícilmente se llegarán a explorar nunca los confines del Sistema Solar.