Los bomberos voluntarios plantan a la Generalitat

El conseller de Interior, Felip Puig, ha reconocido la escasa presencia de bomberos voluntarios entre el contingente que trabaja en el incendio de Rasquera y la ha atribuido a la existencia de "algún problema" que tratará una vez se haya extinguido este fuego.

Solamente una docena de bomberos voluntarios integran el contingente de efectivos desplazado a Rasquera, cuando en condiciones normales alcanzarían el centenar. Los voluntarios se han negado a desplazarse para mostrar así su rechazo a la intención del gobierno catalán de cerrar los 80 parques de voluntarios este verano -de los 150 existentes en Cataluña-.

Así, de los casi 5.000 bomberos catalanes, 2.400 son voluntarios que trabajan de manera altruista y vocacional por 7,53 euros a la hora -que cobran con seis meses de retraso-, pero la intención del Govern de cerrar los parques voluntarios por falta de bomberos funcionarios que los puedan comandar ha provocado esta posición de fuerza por parte de los voluntarios.

Al respecto, Felip Puig ha admitido que en Rasquera "hay algún bombero voluntario, pero no todos los que tendría que haber". "Algunos no han venido porque no se les ha podido activar porque son voluntarios y otros por algún problema del que nos ocuparemos una vez hayamos apagado el fuego", ha indicado Puig, que ha recalcado que los recursos dedicados al incendio de Rasquera son los suficientes, y más con los refuerzos de las Brif de Aragón.