Interior de la Bolsa de Madrid. / Paul Hanna (Reuters) | Vídeo: Europa Press
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Demasiado peso: Moody's, Grecia y Bankia

Los resultados de la subasta del Tesoro quedan neutralizados por el derrumbe de Bankia que ha llegado a perder más de un 28%

MADRID Actualizado: Guardar
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Nueva sesión de descensos en los índices de renta variable europeos. En primer lugar, por una noticia que coleaba de la sesión anterior: la decisión del Banco Central Europeo de cerrar sus líneas de liquidez a los bancos griegos porque no tienen capital suficiente. El mercado ha interpretado este movimiento como un primer paso hacia la exclusión de Grecia del euro. El índice español en particular estaba especialmente golpeado por el aviso de que Moody's rebajaría la calificación crediticia de 21 entidades del país.

Con todo, el selectivo comenzó la sesión más o menos en tablas, animada por la esperanza de que China ponga en marcha medidas de estímulo -la Bolsa del país registró la mayor subida de las últimas dos semanas por esa razón- y de que la Fed vuelva a encender la máquina de fabricar dinero. Pero el selectivo entró en fuertes números rojos a partir de las once de la mañana. A las dos de la tarde marcaba sus mínimos de la sesión en el entorno de los 6.434,70 puntos. Además de la posible rebaja de la calificación crediticia de las entidades, lo que golpeaba al selectivo también eran los rumores sobre Bankia y la posible masiva retirada de depósitos que podría estar sufriendo. Los títulos de la entidad llegaron a caer cerca de un 30% en algún momento de la sesión. No debemos olvidar la advertencia del Premio Nobel Paul Krugman sobre la posibilidad de que la salida de Grecia del euro desemboque en un corralito en España y en Italia. Además, están las dudas sobre las cuentas de esa entidad en particular, y en general, sobre las del conjunto del sector financiero, que se verá sometido a una auditoría por parte de dos entidades para comprobar cuál es el valor real de sus activos inmobiliarios. De ella puede derivarse una peligrosa conclusión: que el agujero de la banca española sea mayor de lo previsto. Por si fuera poco, la publicación del dato definitivo del PIB español echaba más leña al fuego: ponía otra vez a España bajo la lupa, aunque las cifras ya fueran conocidas.

Aunque los analistas valoraron bien el resultado de la subasta de deuda española, ni por esas se mitigó el castigo sobre la Bolsa española. El Tesoro colocó 2.500 millones de euros, el máximo previsto por la institción, en una subasta de deuda a tres y cuatro años. La demanda fue alta, equivalente a 7.360 millones de euros, es decir, casi tres veces la oferta. Pero esa fuerte demanda no evitó la subida de los costes de financiación.

Malos datos en Estados Unidos

A las dos de la tarde, sin embargo, el indicador comenzó a rebotar, a reducir las pérdidas. ¿Por la agenda macroeconómica americana? Lo cierto es que los datos allí no fueron buenos: el paro semanal aumentó más de lo esperado, el índice de la Fed de Filadelfia se comportó peor de lo previsto al caer de los 8,5 hasta los -5,8 puntos, cuando se esperaba una expansión hasta los 10 puntos. Y el índice de indicadores líderes, que mide la situación económica general con vistas a los próximos meses, cayó un 0,1% en abril, cuando se esperaba un mínimo crecimiento del 0,1%. De ahí que los índices de Wall Street comenzaran la sesión en rojo. No fue Estados Unidos quien ayudó. Puede que ayudara el comunicado que publicó Bankia tranquilizando a sus clientes y matizando la supuesta fuga de depósitos de los últimos días, aunque trascendiera casi una hora más tarde. Es algo importante por lo que están preocupados los inversores internacionales. No en vano, la edición digital de Financial Times abría con la noticia de que España niega que haya fuga de depósitos.

O puede que fuera un mero rebote técnico. O que unas declaraciones de expertos de Deustsche Bank sobre Grecia y sus expectativas de que finalmente se quedará en la Unión Monetaria tuviera un efecto significativo en los mercados independientemente de quién resulte ganador en las elecciones, aunque ello conlleve negociaciones y posibles tensiones. Aunque el temor a que se cumpla el peor pronóstico ha provocado que, según cifras de Bloomberg, se hayan volatilizado 3 billones de dólares en las Bolsas mundiales. Ya todas las Bolsas europeas, a excepción de la alemana, se encuentran en números rojos en el año. Y aunque las estadounidenses aguantan, el S&P ya ronda los niveles del 31 de enero. Como comentaba Andreas Lipkow, trader en MWB en declaraciones a Bloomberg: "Si Grecia cae, tendremos un gran problema en Europa y nadie sabe lo que sucederá con España, Italia o Portugal. Entonces, no importará realmente si la Fed pone más dinero sobre la mesa e intenta animar la economía americana, porque el problema europeo ensombrecerá cualquier otra cosa".

El Ibex-35 no fue el peor

Por lo pronto, en Bolsa, ayer, la más contagiada fue la lusa: el PSI-20 de Lisboa retrocedió un 2,66%. A continuación, el Ftse Mib de Milán, que retrocedió un 1,46%. El Ftse 100 británico y el Cac 40 francés cedieron alrededor de un 1,20%, mientras que el Ibex-35 se dejó un 1,11%, para dar un último cambio en los 6.537,90 puntos. Por lo tanto, el selectivo español no fue el que peor se comportó. De hecho, fue de los mejores. Pero es que sigue siendo el índice más castigado, con un recorte del 23,68%, frente al descenso del 13,26% del Ftse Mib de Milán este ejercicio, su más inmediato seguidor. El peor, el índice griego, que retrocedió un 3,8%. Con estos últimos recortes, el índice griego ya es el que más cae del año: se deja un 25,13%.

En el Eurostoxx 50, el peor valor fue Deutsche Boerse, que retrocedió cerca de un 12%. A continuación, BMW, que se dejó un 5,71%. Y, después, bancos: ING perdió más de un 5%, Unicrédito, más de un 4%, mientras que BNP y Société Générale retrocedieron un 3,96% y un 3,64%, respectivamente. Entre los diez valores del selectivo paneuropeo, sólo BBVA, que retrocedió un 2,79%.

Pese al mensaje tranquilizador, Bankia fue el peor valor de la sesión: su desplome fue de un 14,08%. A continuación, IAG, que retrocedió un 7,77%. A esta compañía es a la que más le está pesando tener a Bankia como accionista. A continuación, Abengoa, que retrocedió un 4,84%. Popular y Bankinter perdieron un 4,61% y un 4,43%, respectivamente. CaixaBank retrocedió más de un 3%, BBVA, un 2,79%, Sabadell, un 2,58%, mientras que el Santander, el mejor, se dejó un 1,66%.

El resto de grandes valores cerraron a la baja: Repsol cayó un 0,82%, mientras que Iberdrola perdió un 0,67%. Telefónica, por su parte, se dejó un 0,38%.

Constructoras, disparadas

En el otro lado de la tabla, extrañamente, los valores más rentables fueron dos constructoras: ACS y FCC. Y con sustanciosas subidas: ganaron un 6,83% y un 5,62%, respectivamente. ¿Se debe a que ya hay fecha para el pago de las facturas de ayuntamientos y comunidades autónomas? ¿O es un mero rebote? Otro valor del sector, Sacyr Vallehermoso, también cerró en verde, aunque su rentabilidad estuvo muy lejos de la de sus competidores: ganó un 0,27%.

Entre los valores al alza, Gamesa, que rebotó un 2,82%, además de Enagás y Red Eléctrica, que avanzaron un 1,13% y un 0,89%, respectivamente. Indra, Grifols, BME y Amadeus completaron la lista de valores al alza.

Pese a las caídas bursátiles y a este oscuro panorama, la deuda pública española no se tensó demasiado. La prima de riesgo de España tocó los 495 puntos básicos en lo peor de la sesión, pero al cierre se situaba en los 490 puntos básicos, ligeramente por encima de los 482 de la jornada anterior, y marcando un nuevo máximo de la historia del euro. El interés del bono español apenas subió una centésima, hasta el 6,3%. Pero la rentablidad del bono alemán cayó hasta marcar un nuevo mínimo en el 1,41%.

En el mercado de divisas, el euro marcaba mínimos de la sesión en 1,2667 unidades, nivel desde el que rebotó hasta 1,2720 unidades.

Y en el mercado de materias primas, la mayor novedad fue la subida del precio del oro desde los 1.550 dólares por onza hasta los 1.576 y el crudo cayó.