Carla Bruni saluda a Valerie Trierweiler, pareja de Hollande./ L. Bonaventure (Afp)
relevo en el elíseo

Hollande quiere abrir una «nueva vía» en Europa

El presidente francés tomará posesión de su cargo e inmediatamente después viajará a Berlín para discutir con Merkel la política de austeridad en la Unión Europea

PARÍS Actualizado: Guardar
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El cambio en el Palacio del Elíseo ya se ha producido. El socialista François Hollande ha sido investido hoy presidente de Francia en una ceremonia celebrada en París. Los actos previstos han comenzado con la llegada del presidente electo al Elíseo, donde pasó revista a la Guardia Republicana antes de que el presidente saliente le diese la bienvenida en la escalinata del Palacio. El presidente saliente y el electo se dirigieron luego al despacho presidencial para una reunión a puertas cerradas, durante la cual el jefe de Estado saliente transmite a su sucesor, entre otras formalidades, los códigos relativos al armamento nuclear.

Es el primer gran día de Hollande. El socialista francés toma posesión como nuevo presidente. Llega al poder enarbolando la bandera de una "presidencia normal", que contrasta con el estilo de Sarkozy, anticipó que buscaría una ceremonia "sobria" para marcar el lanzamiento de su mandato en plena crisis europea. Estaban ausentes de la ceremonia sus cuatro hijos y los de su pareja --no están casados- la periodista Valérie Trierweiler.

Hollande decidió además honrar a dos figuras de la historia francesa para ilustrar las prioridades de su mandato, educación e integración: Jules Ferry, padre de la escuela laica francesa, y Marie Curie, nacida en Polonia y que llegó a premio Nobel de física y química.

Mensaje a Europa

En su primer discurso como presidente, Hollande ha recalcado su intención de abrir "una nueva vía" en Europa. "En Europa nos esperan y nos miran. Para superar la crisis que nos afecta, Europa necesita crecimiento y solidaridad", señaló el nuevo mandatario galo, quien dijo que propondrá al resto de socios europeos "un nuevo pacto" que unirá la necesaria reducción del gasto público con "la indispensable estimulación de la economía".

En ese acto solemne, en el que el presidente del Consejo Constitucional, Jean-Louis Debré, le comunicó oficialmente el traspaso de poderes, Hollande dijo ser consciente de la difícil situación del país, con "una deuda masiva, un crecimiento débil, un paro elevado, una competitividad degradada y una Europa con dificultades para salir de la crisis".

Pero subrayó que no hay razones para la "fatalidad" si se movilizan todas las bazas de Francia, entre las que citó la productividad de los trabajadores, la excelencia de los investigadores, el dinamismos de los empresarios y la calidad de los servicios públicos. "El país necesita tranquilidad, reconciliación" y "es el papel del presidente de la República contribuir a que todos los franceses vivan juntos sin distinción", recalcó Hollande, quien el pasado 6 de mayo se alzó vencedor de las elecciones con el 51,6 % de los votos.

Pero para Hollande no habrá descanso por el momento. La agenda presidencial está abarrotada de compromisos y reuniones de diferente importancia en los próximos días. Sin embargo, una de las citas más importantes y que más expectativas ha generado en las últimas semana no se hará esperar. El nuevo presidente galo estrenará su cargo con un plato fuerte: una reunión con Merkel en la cancilleria alemana en Berlín. Tras unas semanas de mensajes a través de los medios de comunicación, el francés expondrá a su homóloga germana sus intenciones de introducir cambios en la férrea disciplina fiscal que ella defiende a capa y espada, incluso después de la dura derrota sufrida enlos comicios regionales de Renania. Las elecciones de la región más poblada del país, celebradas el pasado domingo, son un buen termómetro de cara a las generales que se celebrarán en 2013.