Washington y Al-Qaida cabalgan juntos
La prensa oficial acusa a Estados Unidos de trabajar contra Siria en colaboración con grupos terroristas internacionales
MADRID Actualizado: GuardarLos medios oficiales sirios, empezando por la agencia de noticias SANA, escriben estos días que “los Estados Unidos trabajan contra Siria en colaboración con grupos terroristas internacionales”.
No es así, desde luego, pero los meandros de la política y las agendas políticas de cada actor en la región provocan la aparición de extraños compañeros de cama. Cuando 'Al-Qaida' cometió su más atroz atentado en Siria, con la muerte de 55 ciudadanos en dos ataques en Damasco el jueves, se produjo objetivamente esa colusión (pacto de dos contra un tercero).
Las comillas puestas al sustantivo 'Al-Qaida', del todo innecesarias hace años, son lógicas aquí porque, en realidad, nadie está seguro de que la matanza sea obra de la red terrorista y cobra peso la opinión de que elementos yihadistas locales se autoalistan súbitamente en la banda y dicen actuar en nombre de esa especie de matrona del terrorismo.
El enigma de 'al-Nusra'
En esta ocasión la reivindicación la presentó por los canales ordinarios del ciberespacio un grupo desconocido del todo, “al-Nusra” (algo así como la “la ayuda para la victoria”, “la salvación”) que muchos especialistas consideran como meramente nominal, constituido para la ocasión.
“Son sirios casi con toda seguridad, pero no los conoce ni el gobierno, ni la oposición ni… Al-Qaida”, dijo el muy acreditado Mathieu Guidère, una autoridad en ese campo, catedrático en Toulouse y cuyo “Diccionario histórico del fundamentalismo islámico” es referencia obligada.
Esa versión, muy lógica, se acomoda muy bien con la extendida tesis de que, en efecto, 'Al-Qaida' no pudo poner nunca los pies en Siria, cuyo poderoso aparato de seguridad lo impidió sin mayor problema. A falta de más argumentos, y en la imposibilidad de culpar a la oposición armada, que condenó el ataque rápidamente, la propaganda siria acudió al hecho, técnicamente exacto, de que la (pretendida) rama local de al-Qaeda opera en el mismo bando que los americanos.
La incomodidad de Washington
Los Estados Unidos también condenaron el brutal episodio y fueron así coherentes con su conocida posición de prudencia táctica y margen para el contexto político, aunque hasta hoy no haya dado el menor resultado positivo. La incomodidad de Washington está creciendo porque su política de contención y su explícito apoyo al plan mediador de Kofi Annan, no están funcionando.
La imagen que quiere favorecer el cliché artificial de una colusión yihadismo-americanos contra el régimen Assad contrasta mucho, en todo caso, con lo que fue durante largos años la política norteamericana en la región en el marco de la lucha feroz contra Al-Qaida: es notorio y está publicado, que los servicios sirios fueron subcontratados por la CIA a menudo, como otros árabes, para que se ocuparan de ciertos prisioneros en la política, ahora abandonada de las llamadas entregas extraordinarias.
Los aviones que trasladaron terroristas capturados en operaciones secretas fueron trasladados a veces a Damasco, sobre todo en el caso de sirios de nacimiento o de árabes residentes en Siria: un trueque útil y sin muchas preguntas que hizo de los dos servicios aliados de circunstancias… en un sentido bien distinto al de ahora.
En todo caso, y sea como fuere, no será Al-Qaida quien derribe al régimen sirio. La oposición interna, armada por terceros, singularmente países del Golfo descontentos con la prudencia impuesta por Washington y la OTAN, está causando pérdidas severas al ejército (hoy mismo, en la provincia de Homs han muerto 23 militares y ayer fueron asesinados dos coroneles).