Los ‘Carros de fuego’ vuelven a rodar
Dos semanas antes de los Juegos Olímpicos, 100 cines británicos volverán a proyectar la mítica película, de la que también se hará una versión teatral
MADRID Actualizado: GuardarAhora que se han puesto de moda los vídeos motivadores antes de una gran cita deportiva, y con ‘sus’ Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, los británicos han desempolvado ‘Carros de fuego’. La mítica cinta de 1981, que ganó cuatro Oscars, entre ellos los de mejor película y mejor música, evoca una época dorada, la del amauterismo, que, según los preparadores del equipo de la Union Jack, puede abrir los ojos a los hiperprofesionalizados deportistas del siglo XXI. A partir del 13 de julio, solo dos semanas antes de que comience la cita olímpica, cien cines del Reino Unido proyectarán la cinta y una producción de teatro basada en el filme se representará en las tablas del teatro Hampstead, en Londres.
De fondo suena la inspiradora música de Vangelis y casi sin querer, la cabeza y los pies viajan a las playas de la Gran Bretaña de los años 20, donde dos atletas se preparan a conciencia para buscar la gloria en los Juegos Olímpicos de París 1924. Eric Liddell, el devoto cristiano escocés que corre para Dios; Harold Abrahams, el judío hijo de inmigrantes lituanos que corre para ganar el reconocimiento que la sociedad le niega a él y a todos los de su religión. Al contrario que los atletas del siglo XXI, los protagonistas no pelean por dinero, sino por unos ideales, así que la historia ha convertido a ‘Carros de fuego’ en una oda al romanticismo en el deporte. O, como cuenta el director de ‘Carros de fuego’, Hugh Hudson: “La idea de la película es que es posible hacer las cosas que nos gustan por el placer de hacerlas, más que por el beneficio que nos puedan proporcionar”. “Es el momento perfecto para que la película vuelva a las pantallas. Los Juegos Olímpicos están en la mente de todos, pero será interesante comprobar cómo llega esta historia a la audiencia moderna”, asegura en ‘The Times’ Hudson, que con la perspectiva de tres décadas, reflexiona sobre los motivos que hicieron de la película un gran éxito también en Estados Unidos: “El triunfo de un inmigrante judío en la sociedad británica de comienzos de siglo tenía un gran significado para la audiencia negra de los años 80”.
El director de la obra de teatro de ‘Carros de fuego’, Ed Hall, ha levantado una pista de atletismo en el escenario. Con este trasfondo, explica: “Los dos protagonistas evocan el melting pot cultural y étnico de aquel Reino Unido. Uno es el hijo de un inmigrante judío que se enfrenta a los prejuicios. El otro es un cristiano escocés. Ambos se convierten en héroes, a pesar de no pertenecer al ‘establishment’ británico”. Y de fondo continúa sonando la canción de Evangelis.