Marea rojiblanca en Neptuno
Miles de aficionados salieron a las calles de Madrid a festejar el título europeo
MADRID Actualizado: GuardarÉxtasis en Madrid. El Atlético, que aterrizó en Barajas bajo el lema “mientras otros duermen, nosotros conquistamos Europa”, se dio un festín y un baño de masas con su hinchada, que se volcó por completo con los jugadores de Simeone. La fiesta concluyó en Neptuno, lugar de culto rojiblanco, donde Antonio López hizo de maestro de ceremonias y levantó la copa hacia lo más alto para disfrute de toda una afición, que ha vivido su tercer título continental en tres temporadas.
Calor en la capital de España. Y muchos grados de más debidos al fervor de la hinchada ‘colchonera’, que tiñó de rojiblanco todo el recorrido del autobús atlético, que comenzó en el Vicente Calderón, pasó por la Catedral de la Almudena y finalizó en la fuente de Neptuno. Alegría desbordada. La afición no paró de entonar el himno del club del Manzanares: “Atleti, Atleti, Atlético de Madrid…”.
Y en el autobús, los jugadores rebosaban alegría por los cuatro costados. Uno de los más felices, Juanfran. El madrileño, canterano del Real Madrid, no se separó del trofeo ni un solo minuto, en lo que para él, era un día especial por dos motivos: El primero y evidente, por la conquista del Viejo Continente con el club que apostó por él cuando militaba en Osasuna, y la segunda, porque hace un año que falleció su padre, la persona que le inculcó su amor por el fútbol que hoy le ha dado una de las mayores alegrías de su vida.
Muchísimas banderas. El rojo y el blanco bañaron las calles de Madrid, que parecía un auténtico mosaico en honor a los campeones. Con bastantes más camisetas que en la celebración de Liga del Real Madrid, los ‘colchoneros’ desafiaron al insistente calor del centro de la ciudad y no pararon de ondear sus banderas, tanto a pie de calle como en los balcones colindantes.
Repicaban las campanas en la llegada a la Almudena. Fue el momento en el que el obispo César Franco ofició la ceremonia en la que los jugadores del Atlético de Madrid tuvieron un momento de recogimiento, seguido de unas palabras de su presidente, Enrique Cerezo, para terminar con la ofrenda del galardón a la patrona de la ciudad. Los encargados de hacerlo fueron Antonio López y Perea, símbolos y estandartes rojiblancos que seguramente abandonarán el barco este año.
Una vez finalizado el acto religioso, rumbo hacia a el Ayuntamiento. Y como escala, la Diosa Cibeles, lugar de culto del madridismo. Parados frente al ‘santuario merengue’, algún tímido “¡madridista el que no bote!” encabezado por Gabi y Filipe Luis, que quisieron acordarse del eterno rival. Llegó el momento de encuentro con la alcaldesa, Ana Botella, que tuvo palabras de halago hacia los ‘colchoneros’: “La Europa League se ha convertido en vuestro torneo”, y que acabó botando con los jugadores seguido del clásico: “Que bote, que bote, que bote la alcaldesa”. Tanto ella, como la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, se enfundaron la elástica rojiblanca en señal de orgullo por la gesta del equipo de Diego Simeone.
El ‘Cholo’ fue uno de lo más aclamados por la hinchada a pie de calle. Los cánticos hacia el técnico argentino no cesaron en ningún momento: “Ole, Ole, Ole, Cholo Simeone”. El preparador se mostró tanto agradecido como sonriente, aunque decidió en todo momento dar más protagonismo a sus discípulos. Y como colofón, Neptuno. El sol dejaba de apretar y Antonio López, el capitán, anudó la bufanda al dios del agua.
El ambiente de júbilo y fiesta que se vivió el día después de la conquista del título contrastó con los incidentes acaecidos la noche anterior, justo después de que el árbitro pitase el final del choque y el Atlético saliese victorioso de Bucarest. La capital se volvió loca y miles de aficionados decidieron visitar a Neptuno antes de que lo hiciesen sus jugadores. Debido a un grupo de violentos y a una mala organización y gestión en los accesos a la fuente, los altercados se hicieron un hueco en la fiesta ‘colchonera’.
La policía detuvo a 52 personas por “graves” disturbios de orden público, cometidos por centenares de hinchas. El Ministerio del Interior fue claro en sus declaraciones: “Los arrestados quemaron varios vehículos y mobiliario urbano, realizaron barricadas, rompieron escaparates, saquearon los locales cercanos y causaron daños en la puerta principal del Museo del Prado”.