Sarkozy en el rincón
MADRID Actualizado: GuardarTal y como pronosticaron los sondeos, François Hollande, candidato socialista, ganó la primera vuelta de la elección presidencial francesa: según todos los sondeos a pie de urna con un 27-29% de los votos, dos o tres puntos más que Nicolas Sarkozy.
Se produce la gran criba, la clarificación que parecían desear los portavoces de la campaña de Sarkozy, y en particular Jean-François Copé, secretario general de su partido, la 'Unión por un Movimiento Popular' para quien nada será igual dentro de dos semanas, será uno contra otro, los dos en el ring, sin Poutous ni Cheminades, ellos dos… y Francia…
La referencia a esos dos nombres poco mas que simbólicos sirve como ejemplo para lo que es cierto: la hora de la verdad para su jefe, Nicolas Sarkozy, empieza hoy, tras perder en primera ronda frente a Hollande y una vez fuera del escenario los otros ocho aspirantes.
Copé, quien reconoce sentir por la figura de Sarkozy un admirado entusiasmo, comparte los criterios del cerebro de la campaña del presidente, Patrick Buisson: mirar de reojo a su derecha y cuidar al Frente Nacional.
Es lógico: con su avance sin precedentes por ciento (rozando el 20% y mejorando el éxito de su padre en 2002, un recordado 16,8%) el único gran granero de votos parcialmente disponible para la derecha es del Frente Nacional.
El adverbio parcialmente se queda corto en realidad para sugerir que las diferencias son muy grandes y, sobre todo, que contra lo que se cree a menudo fuera de Francia -que los ultras de hoy son la derecha nacionalista de toda la vida sin más, desde Maurras hasta el poujadisme y Tixier-Vignancourt- el Frente Nacional es de composición heterogénea y orígenes diversos, ex-comunistas incluidos.
Los graneros del PS
Del mismo modo que el campo conservador espera recibir ahora muchos votos útiles y, como todos, no puede todavía calibrar qué nivel alcanzará la abstención en la segunda vuelta, los socialistas se lanzan a la caza y captura de los sufragios instrumentales, los de que, mal que bien, prefieren a Hollande y no desean quedarse en casa a falta de candidato sentido como propio.
¿Cuantos votantes del 'Frente de Izquierda' creado por Jean-Luc Mélenchon votarán por el candidato del PS, el partido del que el hoy eurodiputado y oveja negra del viejo partido de la izquierda clásica salió zumbando hace cuatro años? El Frente, haciendo un gran debut, se ha quedado, sin embargo, algo por debajo de las últimas previsiones, en las que llegó a rozar el 15% (se ha quedado en un notable 11,5)
Los comunistas, que son más bien pocos ya, le votarán (casi un sesenta por ciento de los delegados del PC aprobó en su día apoyar la candidatura de unión de la izquierda creada por Mélenchon) y lo mismo harán muchos ecologistas, cuya candidata, Eva Joly, solo obtuvo en primera vuelta un poco más del dos por ciento.
Y queda el curioso episodio del incansable François Bayrou, animador del 'Movimiento Democrático' y a quien un colega francés describía ayer muy gráficamente como centrista de estricta observancia. Solo recibe algo más del 11%, una decepción, pero esa cifra como sumando para el seis de mayo es un tesoro.
Conclusiones provisionales
Visto lo visto, se puede conjeturar que Hollande lo tiene algo más fácil que Sarkozy por estas razones:
- Los sondeos, que han acertado de plano en la primera vuelta, le dan también como ganador en la segunda.
- Los depósitos de 'votos cautivos' disponibles parecen, sobre el papel, más disponibles para su candidatura, si se asume que el 'Frente de Izquierda' se inclinará por su opción y que el centrismo del MoDem es más o menos divisible.
- La abstención es una incógnita, pero la media tradicional, que supera el 80%, se ha mantenido en la primera vuelta y no hay razones convincentes para prever retraimiento en la segunda, excepto que no está clara la conducta de los sedicentes indignados, aunque tampoco está bien precisado su número.
- Más allá de los razonamientos políticos, sociales, económicos etc. los sociólogos valoran lo que coloquialmente se conoce como el ahora toca y, tras 17 años de presidencias conservadoras, doce de Jacques Chirac y cinco de Nicolas Sarkozy, ahora tocaría la izquierda.
Dicho esto, es por completo posible que Sarkozy remonte y que la suma final, hija de la voluntad soberana de los votantes, arroje un resultado inesperado. De hecho, y conviene recordarlo, en 1995 el socialista Lionel Jospin ganó la primera vuelta frente a Chirac y perdió la segunda y definitiva.
Es verdad que el marco general era distinto, pero también que los sondeos no estuvieron del todo entonces a gran altura en su predicción….