FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

Un madridista en la nación culé

Jordi Mercader: «Si Cataluña algún día es independiente, no será gracias a los goles de Messi»

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Él se considera un «hereje», un rara avis en una sociedad, la catalana, que mucha veces proyecta sus aspiraciones nacionales en los éxitos que cosecha el Barça. Son comportamientos heredados de tiempos muy pasados que, a juicio de Jordi Mercader, «catalán», «catalanista», «madridista» y exjefe de prensa de la Generalitat, ya no tienen sentido en la actualidad. Aun así, cree que entre Cataluña y el resto de España, a cuentas de partidos de fútbol, «se enredan muchas cosas». «Es muy fácil ser patriota en el estadio, pero es más difícil serlo en la calle», sentencia.

Acaba de publicar 'Un blanco en la nación culé' (Ediciones Columna -en castellano saldrá a finales de mayo-), porque está harto de que siempre, «más de un millón de veces», le hagan la misma pregunta: «¿Cómo puede ser que siendo catalán seas del Real Madrid?» Su respuesta huye de polémicas: «Porque me gusta el fútbol». «Es curioso, pero nadie me ha preguntado nunca, por ejemplo, por qué me gusta más Leonard Cohen que Lluís Llach. Pero sí me preguntan por mi afición blanca y encima parece que el raro sea yo», señala.

A diferencia de muchos barcelonistas y muchos madridistas, no cae en la tentación de mezclar el fútbol con la política, a pesar de que en innumerables ocasiones un Barça-Madrid se venda como un enfrentamiento entre Cataluña y España. Sobre todo, según él, desde Cataluña. «Mucha gente debería dejar de creer que la fantasía política y patriótica creada alrededor de los éxitos del Barça servirá para avanzar hacia la independencia de Cataluña», afirma. «Estoy convencido de que Cataluña votará algún día por la independencia, e incluso puede que gane esta opción, pero no será gracias a los goles de Messi», apostilla. Según Mercader, es hasta «malo» para el nacionalismo «depositar sus aspiraciones identitarias en unos chicos que son todos mercenarios». Por ello niega que la gran frase del barcelonismo, la que afirma que el 'Barça es más que un club', signifique que es una nación, una patria o la representación formal de Cataluña. «Con sus éxitos puede proyectar a Cataluña, como lo hacían Dalí o Gaudí y nadie los ha convertido en patrones de Cataluña», asevera. Laporta, "a la salud del Barça

Jordi Mercader cree que para muchos azulgrana a veces parece que «Franco aún exista y dirija el Real Madrid». «Pero esa es una trampa en la que caen», dice. A su juicio, el Madrid lleva aparejados una serie de tópicos en Cataluña, porque es una cierta corriente de opinión barcelonista la que ha dicho que el Madrid representa a España y además a la peor de las Españas, la que va asociada al franquismo. «Es un marketing buenísimo. Ya le gustaría a la Coca-Cola haber creado una publicidad tan negativa de la Pepsi. Y encima muchos en Madrid se lo han creído», afirma. «Por eso -continúa-, cuando el Barça juega en Madrid le gritan 'Puta Barça' y 'Puta Cataluña'». «¿Qué tendrá que ver Cataluña con ese partido?, ¿por qué tiene que pagar Cataluña ese peaje? Porque hay gente que ha dicho que el Barça es más que un club y representa a todo un pueblo», responde.

Entre otros, se refiere al ahora diputado autonómico y concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Laporta, expresidente del FC Barcelona. «Tenía derecho a hacer carrera política, pero no a la salud de Barça. Y el hecho de que los catalanes saben diferenciar se constata en que su apuesta ha fracasado», afirma. «Hay quien quiere utilizar al Barça, pero no es tan fácil», señala. A su entender, con Laporta se vivió el punto álgido de la fantasía patriótica ligada al balón. Lo que él llama nación culé, es decir, los sectores del barcelonismo más radical que creen que cuando el Barça gana al Madrid, Cataluña vence a España. «Este es un error gravísimo, que crea pasividad, ya que si toda la ambición de Cataluña la va a conseguir el Barça, ya no hace falta hacer nada políticamente. Basta con fichar buenos jugadores. Es un infantilismo», señala. Además, considera que convertir el fútbol en política no ha funcionado nunca.

Mercader se despide con un deseo hoy por hoy lejano: «Ya es hora de que podamos disfrutar de un Barça-Madrid sin ver nada más que un espectáculo futbolístico».