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Solo faltó el 'Iniestazo'
El equipo de Guardiola dominó pero los palos y la mala puntería les dejaron sin gol
Actualizado: GuardarEl Barça se complica su pase a la final de la ‘Champions’. Un solitario gol de Drogba poco antes del descanso obliga al Barcelona a derrotar al Chelsea por una diferencia de dos tantos en el partido de vuelta, una empresa complicada, pero factible para unos azulgrana que fueron este miércoles mejores que los ingleses, aunque no supieron definir. Hasta seis ocasiones muy claras tuvieron los de Guardiola, la última de ellas en el minuto 93, cuando Pedro estrelló una pelota en el palo que recordaba, por el momento y la trascendencia, al ‘Iniestazo’ de hace tres años. Pero no siempre se tiene la suerte de cara y esta vez el balón no quiso entrar. Faltó el acierto ante la portería y a los azulgrana les espera una noche muy dura el próximo martes en el Camp Nou. Todo lo que sea encajar un gol en el coliseo barcelonés supondrá casi quedarse con un pie y medio fuera de la final de Múnich. El Barça, no obstante, fue muy superior al Chelsea.
Guardiola apostó por un clásico 4-3-3, con Alves y Adriano de laterales, lo que le obligó a elegir entre Piqué y Mascherano en el centro de la zaga. Optó por el argentino, para darle más salida al balón, emparejó a Puyol con Drogba, situó a tres en el centro del campo (Xavi, Busqutes y Cesc) y colocó tres atacantes (Messi, Alexis e Iniesta). Equipo de gala, en el que Cesc y Messi permutaron en la posición de 9 para despistar a la defensa inglesa, más habituada a jugar con un nueve fijo y que permitió a los azulgrana dominar casi 80 minutos de cabo a rabo. Los hombres de Guardiola ofrecieron su fútbol habitual de toque, control y posesión, frente a una versión británica del catenaccio, en el que no actuó de inicio Fernando Torres y en el que pese a que los ingleses jugaban en casa no tuvieron ningún pudor en entregar el balón a los de Guardiola y defenderse con todo el equipo, salvo Drogba que se quedaba de isla a la espera de cazar algún balonazo o rechace.
El Barça tuvo hasta tres grandes ocasiones en la primera parte (incluido un larguero de Alexis y otra de Cesc), y otras tres en la segunda mitad, pero no supo acertar. El Chelsea, en cambio, tuvo una y la metió. Fue además en los minutos de prolongación de la primera parte. Messi, que no estuvo tan acertado como últimamente, perdió una pelota en el centro del campo, Lampard lanzó sobre la carrera de Ramires en el carril del once, el brasileño asistió a Drogba, que hizo el 1-0. Jarro de agua fría monumental para un Barça que había puesto más sobre el tapete para irse al descanso con ventaja y tuvo que agachar la cabeza ante la única ocasión de los ingleses. Demasiado premio para un equipo que en toda la primera parte vivió del peligro constante que crea Drogba y la inquietud por los saques de banda de Ivanovic.
Sin acierto en el disparo
Las sensaciones al inicio de la segunda parte eran extrañas. Porque el Barça lo había hecho casi perfecto en la primera mitad y sin embargo iba por detrás en el marcador. Guardiola no varió el planteamiento y siguió con la idea inicial, favorecida por el hecho de que los británicos se echaron un poco más atrás teniendo en cuenta que iban por delante. El partido se les ponía a pedir de boca, más aún viendo el estado de forma de Drogba, que puede tener 34 primaveras, pero corre, presiona y pelea como un chaval de 19. Cumplió su misión de desgaste a la perfección, fue un peligro constante y, a tenor del nivel que ofreció ante el Barça, no sorprende la suplencia de Fernando Torres, que fue titular en los dos partidos de la eliminatoria de cuartos de final ante el Benfica. En lo que concierne a Mata, el asturiano sí fue titular, jugó más de 75 minutos, pero se le vio que sufre con el juego de su equipo. Muchas veces no tiene más remedio que observar cómo pasan los misiles ‘tomahawks’ por encima suyo sin que pueda intervenir en la elaboración del fútbol.
Y es que su equipo bastante tenía con parar las acometidas del rival. El Barça llegaba bien también en la segunda mitad, pero seguía sin acertar en el último pase y en el disparo. Dominaba, aunque a veces resultaba algo previsible. Faltaba alguien que rompiera con un quiebro, que ofreciera algo que sacara a la férrea defensa de su lugar, perfectamente ocupado, por cierto. Guardiola lo intentó con Pedro, que salió en parte de Alexis. Buscaba abrir el campo, con un hombre pegado a la banda.
Tampoco le salió dando entrada a Thiago por Cesc, para que Iniesta dejara la banda y se fuera al centro en busca del milagro de hace tres años. En aquella ocasión tuvieron algo de suerte, según reconoció Guardiola en la previa, y no todos los días se puede resolver un partido de forma tan épica. Quién sabe si en el partido de vuelta habrá milagro. El Camp Nou dictará sentencia.