Un empresario farmacéutico quiere pagar a los parados por donar plasma
La legislación española prohibe compensar económica esta actividad desde 1985
BARCELONA Actualizado: GuardarEl presidente de la compañía Grifols, Víctor Grifols, ha propuesto una controvertida fórmula para salir de la crisis. El responsable del tercer productor mundial de hemoderivados ha pedido al Gobierno que permita retribuir las donaciones de sangre, una práctica que está prohibida en España desde el año 1985. Grifols cree que si se autorizara pagar por cada extracción, de la que su empresa obtiene el plasma, los desempleados podrían conseguir unos "ingresos extra" de unos 60 o 70 euros semanales. Una cifra que a su juicio, si se "suma al paro, es una forma de vivir".
El principal centro de producción de plasma de la compañía Grifols está en Estados Unidos, donde sí está permitido el pago por donación de sangre, y donde la firma catalana cuenta con 147 sedes de extracción de plasma. Según expuso en una conferencia en la escuela de negocios Esade el máximo directivo de la compañía, si España permitiera abonar a los donantes por el plasma, podrían crearse de 5.000 a 6.000 puestos de trabajo en nuestro país, además de generarse unos 500 o 600 millones de euros en pagos a las personas que accedieran a entregar su extracción. "España debería espabilarse", ha dicho Grifols, que ha destacado que además de Estados Unidos, en la Unión Europea ya hay países como Alemania, Austria o República Checa que permiten el pago por donación.
La Federación Española de Donantes de Sangre, la entidad que representa a las más de 2.160.000 personas que ceden su sangre de forma altruista, salió al paso de las declaraciones de Grifols y se opuso de forma "taxativa" a la venta de plasma, algo que a su entender es una "barbaridad". El presidente de la organización, Martín Manceñido, afirmó en León que las empresas están presionando a la Unión Europea y a los Gobiernos para que liberalicen la compraventa de sangre, ya que tienen unas perspectivas de consumo extraordinario en el futuro para solventar complejas patologías. Para esta entidad, la donación de sangre debe ser gratuita, como la de cualquier tejido u órgano. Según Manceñido, pagar por la donación no es "ético" ni "legal" y además produciría un "desequilibrio automático" del sistema nacional de salud y se resentirían las donaciones altruistas, que no se cubrirían con las del otro método.
Grifols también se ha referido al asunto ético, mediante una pregunta. "¿Acaso es más ético que traigamos el plasma pagado en Estados Unidos para tener hemoderivados aquí?". Grifols ha advertido de que si se descubriera un tratamiento contra el alzhéimer, el consumo de plasma se multiplicaría por 28. Y teniendo en cuenta que el 80% de la producción mundial de plasma procede de EE UU, se produciría un enorme problema de suministro. "Algún día tendrá que acabarse. Si algún día EE UU decide que no exporta plasma, Europa no tendrá plasma", ha advertido.