Claves para entender la situación de una España en zona de rescate
La prima de riesgo se dispara y supera ya los 440 puntos básicos, con una rentabilidad que supera el 6%
MADRID Actualizado: GuardarLa semana ha arrancado con una situación de máxima tensión en los mercados, la diferencia de retribución respecto al bono germano del mismo plazo, conocida como ‘prima de riesgo’ de un país, se ha disparado y supera ya los 440 puntos básicos con una rentabilidad que supera el 6%.
- ¿Qué consecuencias tiene la rápida escalada de la prima de riesgo de España?
- En primer lugar, encarece la financiación pública hasta niveles difícilmente soportables. Es cierto que el Tesoro pagaba más por las obligaciones a diez años en la década de la segunda mitad de los noventa, pero entonces no existía el euro, la política monetaria la decidía el Banco de España, los gobiernos podían acudir a la devaluación y España estaba haciendo méritos para formar parte de la Unión Monetaria.
- ¿Tiene sentido hablar de un rescate de España por parte del resto de los socios del euro?
- El tamaño de España –su economía equivale a cuatro veces la griega- y el efecto contagio que acarrearía sobre Italia –con una dimensión aún mayor- lo hacen descartable. España no tiene un problema de liquidez, como Grecia, ni de hundimiento de su sector bancario, como Irlanda, y su deuda se sitúa en niveles controlables, puesto que equivale a una proporción del Producto Interior Bruto del orden del 67%, claramente inferior a la de Alemania, por ejemplo. Un hipotético rescate iría destinado a cubrir las necesidades de financiación de España sin tener que acudir a los mercados. Los vencimientos de deuda que, según el Tesoro, hay que atender en los tres próximos años, superan los 170.000 millones de euros, y la cobertura de los déficit previstos para ese periodo puede sumar otros 100.000 millones, siempre que se cumplan los compromisos adquiridos.
- ¿De qué recursos dispone el Fondo de Rescate?
- La primera dotación, incluidos avales, fue de 440.000 millones de euros, y el Consejo Europeo de finales de octubre acordó ampliar la capacidad de maniobra del fondo a un billón, mediante la posibilidad de respaldar hasta el 20% de la nueva deuda que emitan los países en dificultades. Ese compromiso debe aún ser refrendado por todos los socios. Sólo las necesidades de financiación pública de España de aquí a 2014 suponen un cuarto de la cifra 'mágica' con la que los miembros del euro quisieron disuadir a los especuladores. Y no existe justificación alguna para que países de economías menos potentes tengan que destinar sus recursos a tal fin.
- ¿Qué soluciones se están planteando para hacer frente a la crisis de la deuda?
- Cuando Italia y España sufrieron los primeros ataques de esta ofensiva especuladora, el Banco Central Europeo resucitó su programa de compra de deuda para aplicarlo a los títulos de los dos países en el mercado secundario, allí donde se negocian los instrumentos ya emitidos. Los efectos de esta timorata actuación –las intervenciones se comunican a posteriori, y sin dar detalles- se han diluido, y la institución monetaria ya no sirve de cortafuegos. Por eso se le pide una mayor y más decidida implicación.
- ¿Existen otras fórmulas que no requieran cambios tan importantes, cuya aprobación por los Veintisiete podría llevar un mínimo de dos años?
- Los expertos sugieren que el Banco Central Europeo tiene la posibilidad de anclar sus compromisos, y realizar sus compras en el mercado secundario anunciando previamente los niveles ‘de riesgo’ que le llevarían a intervenir. Y podría desempeñar ese papel temporalmente, sin convertirse en prestamista de último recurso, hasta que esté en marcha el fondo de rescate reforzado, al que corresponderá en el futuro esa misión.