Messi mantiene al Barça vivo en la Liga

El Barça solventó este sábado el primer 'match ball' en contra de la Liga. Lo hizo, eso sí, con sufrimiento y remontando un resultado que se le puso muy cuesta arriba en la primera parte. Por momentos, el campeonato se le alejaba en el Ciutat de Valencia, hasta que apareció la figura de Messi, mediada la segunda mitad. Guardiola dijo en la previa que Messi y Cristiano Ronaldo se retroalimentan. Dicho y hecho. El portugués marcó frente al Sporting y el rosarino le contestó con un doblete. El mano a mano por el Pichichi y la Bota de oro se presenta antológico. Cada uno de ellos lleva tantos goles como más de la mitad de los equipos de la primera división: simplemente estratosférico.

El partido, no obstante, arrancó muy complicado para el Barça, que reservó a Alves, Piqué e Iniesta para la batalla de Stamford Bridge y que saltó con tres defensas. La primera parte se les atragantó a los hombres de Guardiola, que no fueron capaces de penetrar en la poblada defensa levantina. Además, cada vez que perdían el balón, se encontraban con el peligro del Levante a la contra. El conjunto valenciano, la verdadera sensación del año, juega de memoria.

Con un equipo plagado de jugadores curtidos en mil y una batallas, casi todos ellos ya de vuelta y exprimiendo sus últimos días de gloria en la máxima categoría, practica un fútbol simple que no requiere mucha elaboración, pero es 100% efectivo: presión, robo rápido, salida a la contra como balas y mucha solidaridad defensiva. Si el balón cae en el centro del campo a los pies de Barkero, el guipuzcoano lanza a Valdo o Koné y ya está armado el taco. Desde una posición del equipo bastante retrasada, aprovechan los espacios como nadie. Y sacan petróleo también como nadie de las jugadas a balón parado. El primer tanto llegó como consecuencia de un córner, que Valdés no pudo atajar, el balón lo repelió Pedro López con la cabeza y Busquets tocó con la mano. Penalti, gol de Barkero y la Liga se le escapaba a los azulgrana. Era el minuto 23, aún quedaba mucho tiempo, pero los hombres de Guardiola no transmitían buenas sensaciones. De hecho, en toda la primera parte no supieron cómo evitar chocar siempre contra la muralla defensiva levantina y apenas crearon peligro.

En la segunda mitad, el panorama fue otro. Cuenca sustituyó a Xavi y Guardiola puso más madera en el ataque. Con cuatro delanteros, el Barça se lanzó a tumba abierta a por el Levante. La Liga se teñía de blanco y no le quedaba otra que ir a por todas con Pedro y Cuenca en las alas y Cesc, Alexis y Messi permutando en la posición de ariete.

El Barça acumulaba muchos jugadores en el ataque, aunque las cosas no acababan de aclararse, porque había demasiada gente en muy pocos metros. Los espacios brillaban por su ausencia. No para Messi, que estuvo casi una hora de partido jugando al paso, apático, casi ausente, como al que no le va la cosa. Hasta que recibió al borde del área, trazó una pared preciosa con Alexis y se la coló a Munúa por el palo largo. A partir de ahí, el partido dio un giro de 180 grados. Quedaba media hora y la Liga no estaba perdida para los blaugrana. 10 minutos después, Messi volvió a asociarse en pared con un compañero, en este caso Cuenca, que fue empujado por Botelho y el asistente marcó penalti. Se armó la gorda en el Ciutat de Valencia y Messi hizo el segundo. El Barça sufrió durante todo el partido pero acabó con bastante suficiencia. Los azulgrana llevan once victorias seguidas y ya esperan al Madrid en el Camp Nou. El sábado que viene se decide la Liga.