Montserrat Caballé interpreta a la protagonista de la ópera 'Madame Butterfly'. Foto: Archivo
cultura japonesa

¿Qué fue de Madame Butterfly?

La Fundación Japón habla de la mujer japonesa tradicional y actual en una serie de conferencias dedicadas a acabar con los estereotipos

MADRID Actualizado: Guardar
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“Y yo, sin dar respuesta, estaré allí escondida, un poco para inquietarlo y un poco para no morir al primer encuentro. Y él, con alguna inquietud, llamará: 'Pequeña mujercita, olor de verbena', los nombres que me daba cuando volvía a casa”. La parte final de la famosa aria 'Un bel di vedremo' de la ópera 'Madame Butterfly' representa con exactitud la imagen estereotipada de la mujer japonesa.

Sumisa, elegante y discreta. Tradicionalmente, estas son tres de las cualidades que se buscan en una mujer japonesa ideal. El 'kanji' que se utiliza para describir a la esposa es 'okusan', que literalmente significa: “La que está en casa, detrás, en el fondo”.

En la actualidad las cosas han cambiado, pero no con tanta intensidad como en Occidente. La mujer japonesa se ha incorporado al mundo laboral masivamente, lo que lleva consigo una mayor independencia. Sin embargo, todavía existe una transición drástica a la hora de contraer matrimonio. Una japonesa independiente, libre y con éxito profesional puede pasar a ser una 'okusan' tras dar el “sí, quiero”.

El desconocimiento por parte de los occidentales del papel de la mujer japonesa ha llevado a la Fundación Japón a realizar un ciclo de conferencias bajo el título: 'La mujer japonesa: mito y realidad'. Las cuatro citas programadas se centran en el papel de la mujer nipona en la literatura, el arte, el teatro y el mundo actual.

En los libros, los personajes femeninos han mostrado una característica común desde la literatura de la era Meiji. Este rasgo es la dualidad del lado luminoso (originado a partir del culto a la diosa del sol, 'Amaterasu') y del lado sombrío de la mujer.

La mirada occidental

En el arte, el estereotipo fue originado por (se originó con) los creadores occidentales que comenzaron a visitar Japón a raíz de su apertura a mediados del siglo XIX. Las manifestaciones artísticas niponas, versátiles y vivas, ofrecen una imagen más heterogénea de la mujer japonesa. Y El 'kabuki' (teatro japonés) es una fuente histórica muy completa para el estudio de la feminidad del país.

Pero igual de importante es analizar la mujer actual japonesa, que se debate entre la independencia del mundo desarrollado y la discreción y obediencia que obliga la tradición japonesa. Algo que no deja de sorprender en un país como Japón, que ha avanzado tan vertiginosamente en algunas cosas y que, en este asunto, se resiste a acelerar. Si Madame Butterfly viviera en el Tokio de hoy en día puede que aún representara a la mujer ideal.