fútbol

Un caramelo para Guardiola

El club anuncia que no habrá gira transoceánica en la próxima pretemporada, una exigencia del técnico de cara a una renovación que se intuye cercana

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Un comunicado oficial del Barcelona sobre la planificación de la próxima temporada ha devuelto la renovación de Pep Guardiola al primer plano de la actualidad informativa. Se interpreta en el entorno azulgrana que detrás del anuncio del club está la continuidad confirmada del técnico de Santpedor en el banquillo, aunque no tanto por el hecho de preparar una pretemporada (a estas alturas habría que tener el programa veraniego claro con el entrenador actual o con otro), sino por el contenido.

Se trata de un breve texto en el que básicamente el club informa que no habrá gira transoceánica, se disculpa con los países de medio mundo que ofrecieron jugosos contratos para acoger al Barça y lo justifica argumentando que «como medida excepcional, el club considera necesario para este verano un formato de pretemporada que combine estancia local y cuatro o cinco partidos en Europa ya previstos y pendientes de cumplir con el objetivo de compensar la intensa carga de partidos acumulada por la plantilla en las últimas temporadas y el esfuerzo suplementario que supondrá para muchos jugadores la disputa de las próximas ediciones de la Eurocopa y de los Juegos Olímpicos». Y eso sí que es un gesto inequívoco hacia Pep Guardiola, que en lo dos últimos veranos se quejó de la imposibilidad de trabajar en condiciones en giras estadounidenses o asiáticas pensadas más en la parte económica que en la deportiva.

El hecho de que en el comunicado ni siquiera se concrete el nombre de los rivales europeos de los amistosos o las fechas revela que era más importante hacer público con cierta urgencia el detalle hacia el técnico que desarrollarlo en su totalidad. Y es mucho más trascendental de lo que parece, pues Sandro Rosell y su directiva sacaron la tijera cuando aterrizaron en 2010 para compensar los evidentes excesos de la etapa de Joan Laporta y entre sus medidas nunca se contempló suprimir las giras veraniegas a destinos exóticos, una fuente de ingresos segura y una plataforma de markéting eficaz. Si Guardiola se ha salido con la suya y el club corre para anunciarlo, significa que la firma está cercana.

O eso o es un intento a la desesperada de ofrecerle un último caramelo para convencerle, que todo puede ser, pues lo único seguro hasta hoy es el hermetismo del entrenador, quien a base de evasivas y de silencios ha logrado que ya no se le pregunte por su futuro en las salas de prensa. Su última respuesta tuvo lugar en Viernes Santo, antes del Zaragoza-Barça, y lo zanjó con una frase («el arroz se está pasando») que para algunos fue una indirecta a la directiva y para otros, simplemente reveló que tenía hambre y que en casa le esperaba una paella familiar, pues lo dijo mientras se levantaba de la silla tras anunciar que «hoy tampoco saldrá el tema de la renovación».

No es que Guardiola estuviese apático en enero y febrero, pero el gesto del club coincide con el mejor momento deportivo del equipo esta temporada y el más vitalista del entrenador catalán, con ganas de explicarse en las ruedas de prensa como antaño, de entrar al trapo de Ibrahimovic y de las quejas del Milan frunciendo el ceño, de avisar a sus jugadores más serio que nunca de que «hay que sonreir menos y correr más», con hiperactividad en la banda dando instrucciones sin parar e interviniendo con decisiones en el transcurso de los partidos. Incluso el martes ante el Getafe se acercó a un viejo sueño: alinear once jugadores de la cantera. Acabó el partido con diez (Valdés, Montoya, Puyol, Muniesa, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi, Cuenca, Tello) y el chileno Alexis. Lo hará en un día grande. Posiblemente ya como entrenador del Barça hasta 2013, como mínimo.

Esta semana, además, ha recibido otra buena noticia al margen de la mejor posible, el trasplante de hígado de Abidal. El holandés Afellay, 203 días después (6 meses y 21 días) de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, ha recibido el alta médica. En la enfermería, además de Abidal, quedan Villa, en la recta final de su recuperación, y Fontàs. Piqué, por cierto, sigue sin entrenarse con el grupo por sus molestias musculares y todo indica que será baja ante el Levante para llegar a tope a los dos pulsos ante Chelsea y Madrid.