'Purito' le da emoción a Ibardin
Tiene a Chris Horner a 21 segundos y a Samuel Sánchez a nueve en la general.
BERA Actualizado: GuardarSe han convertido en clásicos de la Vuelta al País Vasco. También son clásicos en otras pruebas del calendario. Joaquim Rodríguez, el ganador en Ibardin, Samuel Sánchez y Chris Horner mantienen una hegemonía desde hace tres años que nadie es capaz de romper. Dieciocho años después de que Davide Cassani, ahora comentarista de la televisión italiana, se impusiese en la montaña navarra, un corredor con sus mismas características, 'Purito' Rodríguez, inscribía su nombre en una cima que consiguió que los segundos que se marcaron en la general resultasen más contundentes. Son segundos de oro.
Joaquim Rodríguez, que es también el nuevo líder, tiene equipo, Katusha, con suficiente nivel como para controlar una carrera que no va sufrir variaciones antes de la contrarreloj del sábado, de esos veinte kilómetros que volverán a decidir el ganador final. En Ibardin no solo estaba en juego el triunfo de etapa.
Más importante para muchos corredores eran los segundos que se podían ganar o perder e incluso el orden de salida en la contrarreloj. El nuevo maillot amarillo tiene nueve segundos de ventaja sobre Samuel Sánchez y 21 con respecto a Cris Horner, que estuvo más apurado de lo previsto en el kilómetro final, en esos setecientos metros que 'Purito' no conocía. Un muro que agarra a los ciclistas.
Tenía previsto verlos el domingo pasado, pero finalmente decidió que «no merecía la pena pegarnos una paliza de muchos kilómetros para ver solo setecientos metros». Su hotel se encontraba bastante lejos de Bera y eso les desanimó. Lo que conocía del final de carrera era por transmisión oral, la que le dieron Juan Manuel Garate y Patxi Vila.
Con eso le bastó para imponerse en una etapa de 151 kilómetros en la que solo hubo movimiento selectivo en el último kilómetro. Hasta que se entró en esa fase de la prueba volvió a repetirse un guión que en ocasiones resulta repetitivo. Es lo que tiene el ciclismo actual. Equipos como Euskaltel, Katusha, RadioShack y Omega trabajaron para anular la escapada que fue en cabeza de la etapa durante muchos kilómetros. Tienen tan medidos sus esfuerzos que saben, kilómetro arriba o kilómetro abajo, dónde se va terminar todo.
Nuevos nombres
Si algo llamó la atención fue el trabajo de los belgas del Omega en favor de Tony Martin, el campeón del mundo contrarreloj, que aguantó prácticamente hasta el final en un terreno que hace crujir su cuerpo de contrarrelojista. Martin está a 33 segundos de Joaquim Rodríguez, que es mucho tiempo.
La contrarreloj final no es ideal para él, pero es el campeón del mundo de esa especialidad. La táctica no era la misma que se empleó en Arrate. Samuel Sánchez controló sus esfuerzos, no salió a ningún ataque. Se limitó a estar delante, a esperar que 'Purito', un corredor mucho más explosivo que él, se moviese. Perdió nueve segundos, que no es mucho. Seguirle hubiese supuesto correr un riesgo: reventar y ceder más tiempo.
Junto a nombres importantes como los de Jurgen Van den Broeck y Michele Scarponi aparecen nuevos valores, el colombiano Henao o el polaco Kiserlovski. Se mantiene la 'gerontocracia', quienes se van a jugar la carrera en Oñati.
Joaquim Rodríguez lograba por tercer año consecutivo una victoria de etapa en la Vuelta. Orio y Zumarraga fueron las anteriores. Estuvo en 2011 cuatro días de líder, y fue tercero en la general de 2010 en la que se impuso Cris Horner por delante de Alejandro Valverde.
¿Estamos ante la ocasión de Joaquim Rodríguez o la de Samuel Sánchez? Si la contrarreloj fuese llana no habría ni siquiera que planteárselo. ¿Y Horner? Lo único seguro es que los tres tendrán que arriesgar, y mucho. Monfort y Frank Schleck, dos compañeros de Horner, intentaron desestabilizar el pelotón en la segunda subida a Ibardin. Intento fallido.
El problema de la crono es que arriesgar puede suponer acabar en el suelo. Esto se ha complicado más de lo que estaba. Mirar los diez primeros de la general produce vértigo: hay un grupo de buenos corredores que no dejará de disputar la contrarreloj, por si acaso.
Joaquim Rodríguez, camino de los 33 años, sumaba su segunda victoria de la temporada. El año pasado se metió en `27 ocasiones! entre los diez mejores. Eso significa regularidad, con siete triunfos, dos segundos puestos en la Flecha Valona y la Amstel Gold Race, y un tercero en el Giro de Lombardía. Su crecimiento como ciclista ha sido lento. Ha ido poco a poco. Ya nadie se acuerda de cuando trabajaba para Valverde en el Caisse d' Epargne, o de sus inicios en la Once.
Joaquim es uno de esos veteranos que aporta seguridad, de los que se sabe que da triunfos, que disputa muchas carreras, y que termina ganando. Mantiene su carisma, su alegría, su explosividad, la picardía y el descaro que le han acompañado desde que era aficionado. Ha mejorado en dureza, en táctica, en visión de carrera, en llevar galones de líder.
Quizá nunca gane una grande, Tour, Giro o Vuelta, pero es un ciclista publicitario, y eso se cotiza al alza en un ciclismo en el que la esencia se ve cada vez en menos metros. Todos tienen opciones de atacar desde lejos, pero nadie, por muchas razones, lo intenta.
Es un ciclismo de mucho control, de esperar la situación ideal, de no fallar en los momentos en los que se sabe que se puede decidir todo. La Vuelta al País Vasco se mueve al ritmo que marcan Samuel Sánchez, Joaquim Rodríguez y Chris Horner. Ellos y sus equipos. Los demás van como pueden.