TECNOLOGÍA

Móviles inteligentes, aplicaciones tontas

¿Quién no tiene una app tonta en su móvil para reírse con los amigos? Aquí van más propuestas

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Fin de semana. Un grupo de amigos viaja a Santander dispuesto a pasárselo en grande. No era una despedida de soltero, pero el desfase se aproximaba. Entre pinchos y copas se coló la chispa para crear una de las aplicaciones españolas de iPhone más “chorras” de los últimos tiempos: iCuenca, gratis, 30.000 descargas. ¿De qué va? Esta es su carta de presentación: “¿Alguna vez has puesto a alguien mirando hacia Cuenca? ¿Cómo estás tan seguro de que era Cuenca? Cuántas veces habremos engañado a nuestros amigos y, lo que es peor, a nosotros mismos, pensando que hemos puesto a nuestra pareja mirando a Cuenca cuando en realidad era Lugo, Detroit o incluso Berna”. Francisco Castillo, 28 años, publicista, estaba allí: “Nos pasamos el fin de semana diciendo chorradas; surgió la tontería y nos empezamos a reír. Entre nosotros estaba Juan Searle (desarrollador de proyectos de Quoids) y dijimos, vamos a hacerla”. Lo que arrancó como una guasa entre amigos (como muestra , esta frasecita: “iCuenca utiliza la tecnología para que tú estés 100% seguro de que tus relaciones sexuales se basan en la veracidad”), terminó convirtiéndose en un éxito “Empezamos a aparecer en blogs, Twitter y, de repente, salimos en Menéame; ese día fuimos la noticia con más ‘meneos’”. Lo demás vino solo: llegaron a colarse un día como la octava aplicación más descargada de España y la primera en la categoría de entretenimiento. Pero la cosa no se quedó sólo en Cuenca. La gente pedía nuevos destinos y los añadieron: Cádiz, Kentucky, el Santiago Bernabéu, el Polo Norte… o los dos últimos, Antequera y Tudela. “Nos los han pedido muchísimo”, explica el propio Castillo con una mezcla de sorpresa y sorna.

El AppStore y el Android Market están llenos de aplicaciones que rebosan humor y creatividad, aunque sirvan para bien poco. Que levante la mano quien no tenga alguna app inútil que despierta risas entre los amigos Otra que arrasa en el iphone: iCerveza. Consiste en convertir el móvil en una jarra bien fría que se puede beber de forma ficticia. ¿Que no te gusta la cerveza? También ofrece la opción de cola, agua, leche, chocolate, cava o vino. Y para terminar con buen sabor de boca, enjuague bucal. Aunque para tanta variedad hay que pasar de la versión gratis a pagar 0,79 euros. Entre los que han probado la aplicación (puntuada con cuatro estrellas sobre cinco) están los encantados: “Qué fresquita y qué rica”; “es genial y auténtico”; “para unas risas”; aunque también surgen puristas: “Es original, pero no demasiado realista, el movimiento es algo tosco”.

Los que no están muy contentos son quienes compraron Blower Real Air (0,79 euros). Ellen DeGeneres llegó a utilizar esta aplicación en su programa ‘The EllenDeGeneres Show”, precisamente para constatar que solo hacía ruido y que no servía para lo que prometía: expulsar aire por los altavoces y así… apagar una vela.

Una que sí funciona (hay varias versiones) es la que simula una vela que se apaga cuando se sopla el móvil (Vela gratis en Android, Magic Candle en iPhone; ambas gratis en su versión más simple). Además, existen en modalidad mechero o encendedor de cocina. Lo mejor, en ocasiones, es la descripción de las propias aplicaciones: “Mantenga una vela brillante, sin riesgo de goteo de la cera y la llama ardiente”. Vamos, ideal para esta Semana Santa.

Aunque, a veces, son los usuarios los que ofrecen una explicación redonda: “Si vives en un sótano sin ventanas, tu madre no te deja subir las persianas o en tu barrio no hay alumbrado público, esta en tu app”. Se trata de Is it dark outside? (¿Está oscuro fuera?). Más básica imposible, esta aplicación gratis de iphone emplea la geolocalización para desvelar si es de día o de noche y para ello contesta con un lacónico SÍ o NO. ¿Útil? Quién sabe, pero al menos funciona.

¿Más propuestas? Ahí van unas cuantas más para iPhone y Android.

Hang Time (iPhone, 0,79 euros). Si eres de los que practica el lanzamiento de móvil al aire, esta aplicación te resuelve una duda existencial: el tiempo exacto que se mantiene en suspenso. Absténganse quienes no son muy buenos en coger cosas al vuelo.

Hold on (iPhone, 0,79 euros). ¿Cuánto tiempo puedes permanecer pulsando un botón? Esa es la gracia, se supone. Para los muy picados de perder el tiempo ofrece la opción de almacenar los tiempos, mostrar progresos, competir.

Toilet Paper Pull (Android, gratis). Tan ¿útil? como la anterior, pero aquí consiste en tirar de papel higiénico. “Toda esta diversión (lo dicen ellos) sin desperdiciar ningún rollo de papel”. Pues nada, a divertirse.

Psycho Droid (Android, gratis). Con más de 100.000 descargas, convierte el móvil en un cuchillo al estilo Psicosis, con música chirriante incluida.

Flute Dots (Android, 0,77 euros. Tiene versión lite). El móvil se usa como una flauta; basta con soplar el micrófono y pulsar los círculos.

Moto Free (Android, gratis). Aquí el terminal se transforma en manillar de moto. Giras el manillar, la moto acelera. Los más fanáticos piden mejoras: “Debería tener sonidos de distintas motos”; “cuando llegas al máximo debería cambiar de marcha”. Aun así, está puntuada con un 3,7 sobre cinco.

iFart (iPhone, versión gratis o pro por 0,79 euros) o Sneaky Fart (Android, gratis). Hay muchas más. Ventosidades, un clásico con éxito.

Angry Wife (Android, gratis). La esposa enfadada que lanza platos a su marido. A algunos, al parecer, les sabe a poco y proponen añadidos: “En lo personal, me frustró mucho la poca precisión y el poco espacio para atinar. Sería genial que también le pudieran pegar en los cachetes”. Ahí queda.

Bubble Wrap, Bubble Free, Bubble crusher, Bubble popper (gratis y de pago, para iphone; aunque también hay para Android). Para estresados o deseosos de perder el tiempo en algo: explotar pompitas de plástico.

Radioactivity Counter (Android, 3,49 euros). Promete ser un medidor real de radiacticidad basado en el sensor de la cámara. Mejor que no tengamos nunca que comprobar si hemos invertido bien el dinero.