Una de las instantáneas que pueden verse en la exposición. / Jessica Lange/diChroma Photography
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La mirada aliviada de Jessica Lange

Hechizada por México, sus imágenes del país confirman a la actriz como una solvente y sensible fotógrafa

MADRID Actualizado: Guardar
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A mediado de los sesenta una jovencísima Jessica Lange (Minnesotta, 1949) se paseó por Andalucía con un noviete español al que conoció en Nueva York -Paco Grande, que sería luego su marido- fotografiando gitanos y flamencos. Casi cuatro décadas después Lange regresa a España para demostrar que además de ser la sensual actriz a la que acarició King Kong y vapuleó Jack Nicholson en el memorable y tórrido combate amoroso de 'El cartero siempre llama dos veces', es una solvente y sensible fotógrafa. Hechizada por México, ha dedicado los últimos tres lustros a escudriñar "la magia y el misterio" del gigantesco país que ha recorrido con su cámara analógica en ristre. Resume ahora el resultado de ese periplo en casi un centenar de instantáneas en blanco y negro -más de la mitad inéditas- con las que confirma un admirable talento para la fotografía y conocer al dedillo el trabajo de grades maestros, como Henri Cartier-Bresson, Robert Frank, Manuel Álvarez Bravo o Walker Evans.

Con una timidez impropia de una actriz, explicó Lange en La Casa de América que alberga la muestra que para ella es "todo un alivio" situarse tras la cámara, dejar de ser mirada y ser ella quien mire "sin ser vista" a través del objetivo. "Pasar de ser observada en escenarios y platós, de ser grabada y permanente objeto de atención, a ser la persona que observa supone al tiempo un gran alivio, un antídoto y un aprendizaje muy interesante", dice esta veterana actriz con dos Oscar en su haber -por 'Tootsie' y 'Blue Sky'-, y cuyo primer marido fue el asturiano Francisco Grande, hijo del profesor Grande Covián.

"Descubrí México y la fotografía casi al mismo tiempo", confesó la artista, que en 'Secuencias de México' ofrece una selección de 96 fotos que trae a España incluye hasta 58 imágenes inéditas. Son "emociones" marcadas por un poética intimista "que atrapo cuando no soy más que una gringa con una cámara que recorre rincones perdidos de México".

Lange sigue embrujada por el vetusto proceso químico que convierte el negativo de celuloide en una imagen que emerge entre pestilentes líquidos en el cuarto de revelado. "Ver aparecer esa imagen me fascina desde que revelé por primera vez" explica Lange, que no ha dado ni está dispuesta a dar el salto a la imagen digital y que promete fidelidad al blanco y negro. "Siempre me pareció que el blanco y negro tiene un poder y un misterio que no tiene la fotografía en color" asegura esta coleccionista de maestros alérgicos al color. "Me mueve la emoción y creo que la mejor foto es la que atrapa ese instante irrepetible en el tiempo, un instante que no existe ni puede existir en ningún otro momento", enuncia.

Impulsos emocionales

"No puedo separar el encantamiento que sentía por la fotografía del hechizo que siento por México y sus gentes" dice la actriz y ex de Sam Shepard, quien le regaló en los noventa la Leica M6 con la que ha recorrido parajes paupérrimos fotografiando a golpe de "impulsos emocionales". Es "muy consciente" de los dramas de la violencia y el narcotráfico que desangran al país centroamericano, pero se dice "fascinada por su mágica luz, su cultura y su gente". Es imposibe no ver ese drama, que conozco y me duele, pero no soy una fotoperiodista", se excusa.

Podemos ver las fotos de Lange en España gracias a la colaboración de Casa de América con di Chroma Photography y por cortesía de la Howard Greenberg Gallery de Nueva York. Anne Morin es la comisaria de la muestra, que en agosto estará en el Museo de San Benito de Valladolid y en la que destaca una secuencia de treinta imágenes que documentan un rito indígena ancestral de la región de Chiapas.Tomadas en México durante los últimos 15 años, son un relato de viajes y paisajes, "siempre entre la luz y la sombra, en el umbral de lo no visto", según la comisaria.

Para Morin "la escritura fotográfica de Jessica Lange es singular e inmediata, con una retórica, simple y puntual pero generosa". "Más que lo que ve, fotografía lo que experimenta. Transmite primero una emoción que se convierte tanto en el centro como en el objeto de la imagen. Relega la estética a un segundo plano y hace de México un escenario de lo cotidiano donde -más allá de la evidencia y de lo invisible- aparece la realidad en un doble fondo, y una fascinación por el detalle, lo insignificante y lo imperceptible" resume Morin.

Apenas habló Lange de cine y sí quiso explicar su renacimiento televisivo como Constance en la serie 'American Horror Story'. "Decidí hacerla sin verla porque el creador me convenció de que sería una experiencia maravillosa" explicó. "Lo que más me gusta son los guiones que me han dado un personaje maravilloso sobre el que trabajar", afirmo Lange, confirmando que participará en la segunda temporada de esta serie de terror que arrasa en Estados Unido y que le ha dado un Globo de Oro.

Tiene comprometida su vuelta con vuelta al cine con un papel en 'Therese Raquin' que le atrae especialmente. Se basa en un relato de Emile Zola, uno de sus autores favoritos, y porque James McCain se inspiró parcialmente en la misma historia para el filme que la catapultó a la fama, 'El cartero siempre llama dos veces', que protagonizó junto a Nicholson en 1981.