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Diez años para la producción de 'sangre artificial'
El investigador Koji Eto asegura que una de las líneas de investigación es descubrir por qué surgen las enfermedades raras
MADRID Actualizado: GuardarLa producción de la llamada 'sangre artificial' puede ser una realidad en los hospitales del mundo entero en una década. Es el vaticino der Koji Eto, uno de los investigadores más importantes sobre células madre y uno de los padres de las plaquetas funcionales a partir de otras células maduras de la piel. Estos componentes son fundamentales en cualquier transfusión de sangre, ya que se conservan poco (apenas una semana), por lo que cualquier hospital necesita de un flujo constante de donantes. Las plaquetas son indispensables para la formación de coágulos y para evitar cualquier hemorragia.
El profesor Eto, miembro del prestigioso Centro de Investigación y Aplicación de Células iPS (Cirsa) de la Universidad de Kioto, ha advertido que el principal problema en esta línea de investigación es, en estos momentos, la cantidad de recursos materiales que se necesitan para generar las plaquetas. Se necesita un enorme número de factorías celulares para fabricar las plaquetas que necesita un humano. Por poner un ejemplo, cada microlitro de sangre contiene unos cinco millones de glóbulos rojos, 5.000 blancos y 300.000 plaquetas.
La fabricación de las plaquetas es el primer paso para la creación de una 'sangre artificial' que pueda suplir la escasez en los centros médicos por un descenso de las donaciones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se realizan al año 93 millones de donaciones, la mitad de ellas en países desarrollados. Sin embargo, solo representan el 15% de la población, lo cual señala que más de tres cuartas partes de los humanos apenas tienen donaciones. “En Japón no hay tanta cultura de donar como en España”, ha reconocido el investigador nipón en la Fundación BBVA. Eto partió su investigación a partir del descubrimiento de su maestro Shinya Yamanaka, premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Biomedicina en 2010, que consiguió en 2006 reprogramar células ya especializadas, de forma que recuperan la capacidad propia de las células madre de diferenciarse y dar lugar a otro tipos celulares, llamadas células madre de pluripotencia inducida (células iPS).
El investigador de la Universidad de Kioto ha asegurado que el potencial de esta línea científica es enorme, sobre todo en "aplicaciones médicas y farmacéuticas". En este apartado ha destacado el interés del Cirsa por descubrir el porqué de las llamadas enfermedades raras. "No hay un mecanismo conocido para estas enfermedades raras. Hay líneas de investigación para enfermedades hepáticas en los niños o cardiopatías desconocidas. Se están estudiando a partir de las células iPS", ha apuntado el investigador.