Un seguidor de Romeny, espera su intervención. / Jim Young (Reuters)
LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Romney no da margen para la sorpresa en Illinois

Rentabiliza el voto urbano para conseguir un empuje a su candidatura frente a la de Santorum

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
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La matemática empieza a estar claramente del lado de Mitt Romney, el aspirante más moderado de los cuatro que optan todavía a la candidatura presidencial por el partido republicano en Estados Unidos, tras su holgado triunfo de este martes en las primarias de Illinois. Con 562 delegados atribuidos roza ya la mitad de los 1.144 necesarios para asegurarse la nominación en la Convención Nacional Republicana que se celebrará en Tampa (Florida) a finales de agosto.

"¡Vaya noche, gracias Illinois por esta extraordinaria victoria!", ha dicho el exgobernador a sus seguidores en Schaumburg nada más confirmarse su amplia ventaja sobre su inmediato perseguidor, Rick Santorum, medida esta vez en números de dos dígitos. Tras haberse escrutado el 99% de los votos, Romney obtenía el 47%; Santorum, el 35%; el ultraliberal y aislacionista tejano Ron Paul, el 9%, y el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, un magro 8%.

El exgobernador de Massachusetts necesitaba un resultado contundente en este estado clave, habitado por 12,8 millones de personas, para demostrar su fortaleza en el medio oeste. Santorum le ha arrebatado una buena porción del sur y del centro del país, donde predominan las formas de vida y los sentimientos más tradicionales, con victorias en Alabama, Misisipi, Misuri, Tennessee, Iowa, Kansas, Minesota, Dakota del Norte, Oklahoma y Colorado.

Romney, por su parte, ha ganado en el noreste y el oeste, principalmente: Maine, Massachusetts, Nuevo Hampshire, Vermont, Virginia, Alaska, Arizona, Hawai, Idaho, Michigan, Nevada, Ohio, Washington, Wyoming, Samoa, Guam, Puerto Rico, Florida y las Marianas del Norte. Illinois contenía asimismo una carga simbólica importante, ya que de una forma u otra el estado aparece vinculado a la biografía de presidentes heroicos como Abraham Lincoln o Ulysses S. Grant, y es la cuna política del gran rival a batir en noviembre, el demócrata Barack Obama.

La economía, centro de sus discursos

Con más del doble de delegados que Santorum (562 frente a 249), Romney empieza a considerarse ya el candidato inevitable e ignora en sus discursos a sus oponentes republicanos para concentrar los dardos en el actual inquilino de la Casa Blanca. "En tres años de gobierno de Obama solo nos ha metido en problemas: se han destruido empleos, reducido el salario, incrementado el déficit, subido los precios de la gasolina y nos ha puesto a liderar por detrás. (...) Es el momento de decir esta palabra: 'basta'", ha exclamado hoy Romney a sus seguidores. Su táctica electoral parece estar dando resultado entre los votantes republicanos urbanos y moderados, y entre las mujeres.

Con un discurso centrado en los desafíos económicos, se presenta como el empresario de éxito que conoce de verdad, por su experiencia como financiero y no por "los libros", cómo funciona la economía nacional y cómo fundar compañías y crear puestos de trabajo, la gran preocupación de los estadounidenses, según las encuestas. Obama no sabe, en opinión de Romney, que lo que alimenta a la economía americana "es la libertad". "La prosperidad de América no viene del gobierno", ha proclamado hoy entre el entusiasmo de sus seguidores. "Cuando sustituyamos a un profesor de leyes (en alusión a Obama) por un verdadero hombre de negocios todo esto cambiará", ha prometido.

Pese a este triunfo, Santorum parece estar lejos de querer arrojar la toalla después de sus dos sonados triunfos en los estados sureños de Misispi y Alabama. Precisamente, la próxima cita será este sábado en Luisiana, otro Estado sureño donde los sectores más puristas pueden privar a Romney de otro puñado de delegados clave para sus aspiraciones presidenciales. En cuanto a Gingrich, el resultado de Illinois puede ser determinante tras solo dos victorias en las primarias. Los partidarios de Santorum sopesan la idea de pedir al ex portavoz republicano en el Congreso que abandone la campaña para evitar la dispersión del electorado más conservador y no favorecer a Romney.