Federer impone su ley ante Nadal

Roger Federer volvió a demostrar este sábado por qué es el tenista más grande de la historia en su victoria ante Rafa Nadal. Pese a que el balear no se dio por vencido y buscó protagonizar la enésima remontada épica, el suizo fue superior desde el fondo de la pista y con su servicio y se supo adaptar mejor a las condiciones climatológicas –el partido se paró en dos ocasiones y en el segundo set se levantó un viento muy incómodo-. Tras 91 minutos de juego, el exnúmero uno del mundo doblegó al balear por 6-3 y 6-4 y selló el pase para su final número 103 de su carrera.

Después de que comenzase más de tres horas y media después de que estuviese previsto a causa de la lluvia caída en el desierto californiano, el primer set del enfrentamiento se inició con el mismo guion que el del encuentro de semifinales del último Abierto de Australia: con el suizo arrollando. Además, Federer hizo suya la habitual efectividad de Nadal para convertir sus oportunidades de rotura y su habilidad para comenzar el encuentro rompiendo el saque de su oponente. Gracias a ello se adelantó 3-0.

Su derecha era intratable. Bola que tocaba con su mejor golpe, el que le ha llevado a alcanzar el Olimpo del tenis, bola que desangraba al balear. Pero el español consiguió rehacerse. Pese a estar dominado por el excelso juego del helvético, igualó el resultado y niveló el partido. Totalmente entregados y desplegando un magnífico tenis de potencia y precisión, ambos jugadores estaban dispuesto a escribir una nueva página en la historia de un enfrentamiento legendario entre dos de los tenistas más grandes de todos los tiempos.

La lluvia y el viento, protagonistas

En los momentos decisivos del primer parcial, el número tres del mundo fue mejor. Sacó la clase que lleva dentro, acertó en sus decisiones, dominó el punto y obtuvo su premio: el primer set del choque. Casi dos meses después del último enfrentamiento entre ambos, el suizo volvía a adelantarse ante el español.

Después de un breve parón por unas gotas que cayeron en la central de Indian Wells, el viento comenzó a soplar decisivamente. Pese a que esa breve interrupción podía beneficiar a Nadal para cambiar el ritmo del encuentro e imponer su tenis, el resultado fue todo lo contrario.El de Manacor no sacó bien. Federer rompió el servicio del manacorense en blanco, y puso la directa. El viento había transformado el partido. Y en esta ocasión, Roger Federer fue capaz de adaptarse mejor a las condiciones del duelo que Nadal. Lo tenía en su mano. Federer era dueño y señor del partido.

Pero el segundo cabeza de serie del torneo no se rindió y llevó al límite a su rival. Parecía que el Nadal capaz de mantenerse vivo en partidos imposibles y de remontar las situaciones más adversas podía volver a aparecer sobre el desierto de California. Pero no fue la ocasión. En el momento en el que Federer se disponía a sacar para cerrar el partido en la primera bola de partido, las gotas de lluvia volvieron a hacer acto de presencia. Sin embargo, pocos minutos después, nada más reanudarse el choque, Roger Federer cerraba el partido con un ‘ace’ y lograba su pase a la final del primer Masters 1.000 del año, donde se medirá a John Isner, verdugo de Djokovic.