El 'Seamusgate'

Los perros contra Mitt Romney

Hace casi 30 años, el candidato republicano transportó a su setter irlandés encerrado en una caseta sobre el coche familiar

MADRID Actualizado: Guardar
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El 'Seamusgate' comienza una tarde de verano de 1983 en la que la familia de Mitt Romney parte de vacaciones a la manera clásica, esto es en un Chevrolet chapado en madera atestado con un matrimonio, cinco niños y decenas de maletas. No había sitio para el perro, así que el cabeza de familia metió a 'Seamus', un setter irlandés, en una caseta en la baca del coche. Tenían que viajar doce horas desde Boston hasta la casa de los padres de Romney en Ontario. El político tenía planificadas todas las paradas en las gasolineras para ir al baño, pero 'Seamus' no atendió al programa. Necesitado de alivio o aterrado por la situación, el perro hizo de sí y un líquido marrón corrió por la luna trasera. Romney paró en una gasolinera, agarró una manguera, limpió el problema y siguió el viaje. Hasta aquí, la historia es una anécdota familiar más o menos escatológica. En adelante, una de las tramas más extrañas y escatológicas de la política norteamericana.

Recogió el suceso en 2007 el 'Boston Globe' como muestra del pragmatismo y la frialdad del político ante las crisis. Y el tiro se volvió contra él. En el fragor de la batalla de las primarias, el fantasma de 'Seamus' persigue a su dueño acusado de maltrato a los animales. Lo que en un primer momento fue una muestra del carácter resolutivo del candidato, es calificado por muchos como una muestra de crueldad.

La asociación Dogs Against Romney (Los perros contra Romney), creada en 2007, ha iniciado una campaña de desprestigio con camisetas y pegatinas que muestran perros con mensajes como 'Yo viajo dentro'. Los animalistas, hostigados por los adversarios políticos del candidato, han organizado incluso manifestaciones como la que reunió a cientos de personas ante el Madison Square Garden con motivo de la muestra canina Westminster Dog Show, una de las más elegantes del mundo. "Pienso que su actitud hacia los perros era indicativo de su actitud hacia los más vulnerables en nuestra sociedad", dijo a Associated Press Al Álvarez, un representante de la protesta.

Aquel aprieto digestivo del setter le está saliendo caro al republicano y su imagen política de hombre correcto tan apreciada en los Estados Unidos. En los periódicos han corrido ríos de tinta al respecto y en la red circulan todo tipo de vídeos y parodias del hecho, incluida la clásica de Hitler en 'El hundimiento' y su enfado monumental cuando se entera de que 'Seamus' viajaba en el techo del coche.

El político ha sido víctima incluso de un Google Bomb: cuando se busca 'spreading Romney' en el buscador, en la primera referencia se puede leer. "Romney. Definición: cagarse de miedo". Para colmo, algunos medios como 'The New York Observer' aseguran que los hijos del candidato han confirmado en conversaciones confidenciales que 'Seamus' no terminó sus días en la casa de la familia en California, sino que habría pedido asilo político en Canadá pues, al final del viaje, huyó aterrorizado con tal de no volver a subirse al Chevrolet.