El Congreso convalida la reforma laboral

El Congreso de los Diputados ha convalidado el Real Decreto de reforma laboral que garantiza mayor flexibilidad a la hora de fijar salarios y jornadas y que crea un nuevo contrato indefinido para empresas de menos de 50 trabajadores que contraten a menores de 30 años, con el apoyo de 197 diputados del PP, CiU, UPN y FAC. Tanto PSOE, Izquierda Plural, PNV, UPyD y el resto del Grupo Mixto, hasta un total de 142 diputados, han rechazado el decreto.

El Gobierno y el PSOE han protagonizado hoy en el Congreso un debate bronco y con continuas interrupciones y descalificaciones durante el pleno. Con la aprobación ya asegurada por la mayoría absoluta popular, la discusión política ha sido un intento de ganar la batalla de la opinión pública y un precalentamiento de las movilizaciones sindicales del próximo domingo, que concluirán con una posible huelga general el 29 de marzo.

La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, ha tirado del escándalo de los ERE de Andalucía para amordazar las duras críticas socialistas y les ha dicho desde la tribuna, y en medio de un gran aplauso de su grupo puesto en pie, que "¡vergüenza les debería dar el uso que han hecho del dinero del desempleo!".

La portavoz socialista, Soraya Rodríguez, que minutos antes también había levantado de los escaños a sus correligionarios al asegurar que la reforma del Gobierno es "ideológica" y "un ajuste de cuentas de la derecha más radical", ha contraatacado con las declaraciones realizadas el día anterior por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que atribuyó a "una violencia de género estructural" muchos de los abortos que se producen en España, y ha dicho que "eso sí que me da a mí vergüenza", de forma especial "en el día de la mujer trabajadora" que se celebra hoy.

Ataque al PSOE

Báñez, en sus primeras intervenciones, había defendido la pertinencia y la bondad de la reforma, que ha definido como "completa y equilibrada" y destinada a crear empleo estable. Ha rebatido todas las críticas socialistas al definir a los gobiernos de este partido como "una máquina de destruir empleo", con 2,5 millones más de parados en los últimos dos años y como los mayores recortadores de derechos sociales, y ha exigido al PSOE que ayude al Ejecutivo a luchar contra la crisis y que "abandone la manifestación y la pancarta, porque nosotros en la oposición fuimos leales".

Rodríguez ha definido el cambio legal como la reforma "para un despido más fácil y más barato", ha asegurado que han matado la negociación colectiva y los equilibrios laborales de 30 años de democracia, y ha augurado que "en España se va a bajar los sueldos de los trabajadores de forma general y unilateral por parte de los empresarios" gracias a que el Gobierno le ha dado todos los instrumentos para hacerlo.

El debate ha concluido con las muy críticas intervenciones de todos los grupos de izquierda del Congreso, así como de UPyD y del PNV, que están radicalmente en contra del decreto gubernamental y con la comprensión de CiU, UPN y FAC.