Los sueños del Arsenal, sueños son
Los errores defensivos del Milan aproximaron una remontada inglesa que no se cerró
Actualizado: GuardarNingún equipo había logrado superar un resultado en contra de cuatro goles en la máxima competición europea. Pero tampoco nadie había dispuesto de la decisión y la ilusión juvenil del Arsenal de Wenger, un equipo acostumbrado a los goleadas (un mes antes ganó 7-1 al Blacburn Rovers en la 'Premier League') que imaginó la utopía con ingenuidad e esperanza.
Como Segismundo en 'La vida es sueño' se preguntaron los británicos "¿Qué es la vida?". "Un frenesí", respondió su entrenador. El maestro enfocó a sus pupilos con tantos hombres hacia el ataque como le fue posible encajar en su 4-3-3 y les pidió velocidad y creatividad para alcanzar la quimera, aunque ni los mayores fanáticos podrían imaginar que dispondría de un 3-0 antes de marcharse al descanso.
Ayudaron los italianos, especialmente con su actitud contemplativa y sus numerosos errores defensivos. Primero aprovechó Koscielny la desaparición de su marcador en un saque de esquina para cabecear el primero. Luego, fue Thiago Silva quien despejó el balón a los pies de Rosický para que el checo colocara el balón en la red. Finalmente, fue Mensab quien derribó sin necesidad a Oxlade-Chamberlain dentro del área. Con el inmediato tanto de penalti de Van Persie se cerró el último paso previo a la goleada en el camino a los vestuarios.
"¿Qué es la vida? Una ficción". Así escribieron los italianos el segundo acto. Dominio y avisos de los de Allegri que describieron una segunda parte en la que los 'rossoneri' se disfrazaron de nuevos personajes. Entonces los 'cañoneros' se turbaron dentro de su excitante sueño y descubrieron que el último paso para la histórica igualada no iba a ser tan fácil como los anteriores. Abbiati se activó para impedir un azaroso tanto de Gervinho y el más sencillo disparo de Van Persie e incluso Nocerino pudo despertarles en un disparo a quemarropa sobre Szczesny. Al final, la noche mágica de los 'cañoneros' se quedó corta y los chicos de Wenger aprendieron que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.