cine y televisión

Muere Quique Camoiras, un gran cómico agigantado en la revista

El polifacético actor, que se mantuvo seis décadas en activo, no pudo superar un derrame cerebral y murió con 84 años

MADRID Actualizado: Guardar
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Su pequeña estatura no le impidió brillar a gran altura en el mundo del espectáculo. Quique Camoiras, fallecido este viernes con 84 años, fue un gran cómico que atravesó la segunda mitad del siglo XX exhibiendo un polifacético talento por escenarios, carpas y platós, pero que brilló muy especialmente en el género de la revista. El actor, que no pudo superar un derrame cerebral, era el último de una saga de histriones y cómicos de la legua que hicieron grande un género muy popular: los Martinez Soria, Zorí, Santos, Juanito Navarro o Antonio Ozores con los que Camoiras compartió tantas veces carretera y escenario.

Protagonista de decenas de revistas y comedias, participó en medio centenar de películas y en casi doscientos programas de televisión. Al retirarse de la escena hace cinco años, el propio Camoiras dijo que deseaba ser recordado "como un cómico que quiso hacer reír", y así lo despedía la profesión. "Era uno del grandes actores que hemos tenido; actor de tripa como decía Berlanga, sin método pero con un talento inconmensurable" le despedía la gran Concha Velasco, quien a menudo le impuso como compañero de reparto.

Camoiras estaba ingresado desde hacía ocho días en el Hospital Montepríncipe, en las inmediaciones de Madrid, a causa de un ictus del que no pudo recuperarse y del que tampoco pudo ser pudo ser intervenido, según explicó la actriz y portavoz de la familia, Marta Valverde. El actor estuvo sedado durante sus últimas horas y murió acompañado por sus familiares más próximos, su esposa Nati y sus dos hijos Quique y Natalia, quienes agradecieron las muchas muestras de cariño recibidas.

La familia recordó como el actor "fue un niño prodigio" y como "el amor por su profesión ha sido una constante en su vida". "Todos cuantos le conocimos sabíamos el gran artista y excelente persona que era. Para muchos fue un maestro en cine, teatro y televisión y uno de los referentes de la gran familia del espectáculo. Lo recordaremos con un cariño inmenso, tan sencillo y cercano, con esa chispa que le caracterizaba", resumió Marta Valverde.

Precoz

Hijo de un linotipista, nacido Enrique Pérez Camoiras en 1928 en la muy castiza calle de la Corredera Baja, en el corazón de Madrid. Con apenas diez años pisó por primera vez un escenario, como bailarín de claqué en la obra 'Shangai 1938'. Estudió luego solfeo, piano y declamación en el Conservatorio de Madrid, ampliando su formación como bailarín en una academia. Fueron los primeros pasos de una larguísima carrera con más de seis década en activo.

Pasó la guerra civil entre Valencia y Madrid, actuando para el Socorro Rojo Internacional, lo que hoy denominaríamos una ONG comprometida entonces con la causa republicana y en e grupo de teatro de aficionados 'Patronato'. De regreso a Madrid, debutó en 1939 en el teatro Fontalba en un espectáculo de variedades, zarzuela con el que recorrió buena parte de la geografía española.

Tras formar pareja de payasos musicales con su hermano Paco, debió bajarse del carro de la legua para cumplir la 'mili' en Melilla. Mantuvo muy viva su inquietud por la farándula y alternó el uniforme y sus deberes militares con su colaboración en varios grupos teatrales. En aquellos años conoció al también cómico Juanito Navarro, personaje clave en el futuro de su carrera.

La inestabilidad propia del mundo del espectáculo le impulsó a hacerse con un trabajo de administrativo en el Instituto Nacional de Previsión, antecedente del actual INSALUD. Se mantuvo como 'chupatintas' durante casi tres lustros, sin dejar nunca de subirse a las tablas. El salto a la profesionalidad y la fama llegó de la mano de Tina Gascó, actriz que lo incorporó a su compañía con un modesto papel de botones. No tardaría en llegar su debut como protagonista en una pieza de Antonio Paso, 'Qué solo me dejas'.

Fama

En la década de los cincuenta, cuando España se sacude la grisura y empieza a olvidar las cartillas de racionamiento, la revista gana terreno y encuentra en la vis cómica de Camoiras un activo insustituible. En 1952 estrena en el Teatro de la Zarzuela 'Piernas de seda', de nuevo de la mano de los hermanos Paso (Antonio y Enrique). Fue todo un éxito popular que se tradujo en la firma de un contrato en exclusiva con el Teatro Martín. Era el inicio de su época dorada, con un cuarto de siglo en la cresta de la ola 'revisteril' y más de una década de presencia ininterrumpida en el Teatro de la Latina, la catedral del este popularísimo género.

Aupado por el continuado éxito, se atrevió por fin a montar compañía propia a mediados de los setenta, convirtiéndose en empresario además de actor y director, y encadenando éxitos como 'Don Armando Gresca', 'Blas que les Das' o 'Los marqueses del Matute'.

A lo largo de casi sesenta años abordó todo tipo de géneros de cuentos y novelas radiofónicas, a películas de todo pelaje. Alternó bodrios y españoladas con éxitos de crítica y público en una desigual trayectoria con títulos como 'Huevos revueltos', 'Secuestro a la española', 'El cura ya tiene hijo', 'Una pareja perfecta' y, ya en los ochenta 'La corte de faraón', Mala yerba' o 'Tú estás loco, Briones'.

La comedia fue el tránsito natural cuando la revista decayó y volvió a encadenar éxitos populares como 'El hombre de rojo', 'La dama de Alejandría' o 'El José de las mujeres'. Colaboró en el circo y también se abrió paso en la televisión, con casi 200 apariciones en espacios como 'Cómicos', 'La locura de Don Juan' o 'Humor cinco estrellas', con su inseparable Juanito Navarro.

Subió por última vez a un escenario en 2007 con un papel en 'Y éste hijo... ¿de quién es', comedia de enredo escrita por su amigo Adrián Ortega. Tras la bajada del telón de esta comedia anunció Camoiras su jubilación y recibió la medalla de oro de la Asociación Amigos de los Teatros de España.