El punto de encuentro de los 'buscadores de tesoros'
Madrid ha acogido el salón dedicado al vehículo clásico y de colección, que ha permitido contemplar ejemplares únicos
Actualizado: GuardarEntre 24 y el 26 de febrero se celebró en Madrid la feria ClassicAuto, salón dedicado al vehículo clásico y de colección. Dentro de las tres plantas del Palacio de Cristal de la Casa de Campo se dieron cita todo tipo de vehículos (automóviles, motocicletas y vehículos industriales) históricos, deportivos, o de interés cultural, bien sea por su año de fabricación, o por ser ejemplares, en algunos casos, únicos en el mundo.
Las elegantes líneas de los sobrios clásicos británicos (Morgan, Jaguar, Rolls-Royce) se han mezclado entre los ya míticos deportivos Pegaso y las estrellas de los Mercedes o los BMW germánicos. Con las motocicletas, el contraste también ha llegado a ser sorprendente. Seguidores incondicionales de aquellas Montesa Enduro H-7 se han hecho hueco entre los que tuvieron en su juventud la añorada Lambretta y su eterna competidora, la Vespa. Una representación de Harley-Davidson (con toda la indumentaria estilo 'Easy Rider'), o aquél casco Duraleu Forte que hoy no sería apto ni para usar con un ciclomotor, han hecho las delicias de los visitantes de todas las edades.
También los 'buscadores de tesoros' han tenido aquí su propio punto de encuentro. Una amplia oferta de piezas ya obsoletas para la gran mayoría de ciudadanos, son en algunos casos objetos de culto y deseo para unos cuantos. El apartado dedicado a las revistas especializadas, libros y documentación técnica, bien original o reeditada, ha encontrado su espacio entre espejos retrovisores cromados, llantas de madera, carburadores de los pequeños Seat 600, o los inmensos tubos de escape de los grandes deportivos norteamericanos, como el Mercury Cougar, o el Ford Gran Torino, al más puro estilo de 'Starsky y Hutch'.
Los clubes y asociaciones destinadas a la conservación de estos vehículos tienen sus propios espacios, en algunos casos, con ambientaciones temáticas de los modelos a los que representan. El Veteran Car, el Club Nacional Seat 124 y 1430, el Club del Renault 8 o la Asociación de Amigos del Ford Capri, por mencionar a algunas de estas entidades, son un buen ejemplo de esa representación.
Pero sin duda, el gran espectáculo de este año se ha podido contemplar en la planta baja. La Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid ha organizado una muestra de vehículos fúnebres asombrosa, inquietante, artística e imprescindible para fotografiar o, simplemente, admirar. Madera, acero, caucho y cuero se juntan en estos vehículos, en otros tiempos tirados por caballos, y adaptados durante los años cuarenta y cincuenta a carrocerías de vehículos industriales (camiones). Los seis automóviles expuestos son tan difíciles de catalogar como alguno de sus sobrenombres ('La Llorona', 'El Gloria'). Auténticas obras de arte imposibles e impensables para su uso hoy día, pero universales por su valor.