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Messi lidera la lección del Barça

Cuatro tantos del argentino acaban con la resistencia de un Valencia que comenzó ganando

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Emery sigue sin poder derrotar a Guardiola. Un gran Barça, dirigido con maestría por Messi, que hizo un póquer de goles, derrotó a un buen Valencia, que se adelantó en el marcador pero no pudo con la voracidad de los de Guardiola, que quieren mantener el pulso de la Liga hasta el final. Diez puntos son una eternidad, más aún viendo la velocidad de crucero que ha impuesto el Madrid. En cualquier caso, el Barcelona pretende seguir los talones de su rival, por si éste tiene algún tropezón.

En esta ocasión no lo hubo y el campeón estaba contra las cuerdas. Por ello, el choque ante los ches era de máxima tensión. Mucho mejor para el Barça, que en los grandes duelos se crece. El Valencia aceptó el envite y ambos brindaron un gran partido, jugado a un ritmo infernal (sobre todo en la primera parte), entre dos equipos que se conocen al dedillo, ya que se han visto tres veces en no más de un mes. El Barça fue mejor, mucho mejor, porque recuperó a un gran Iniesta como pasador y asistente y porque explotó la velocidad de Alexis, que fue una tortura para Mathieu. Guardiola ya sabe cómo sube el francés y para que no lo hiciera con tanta alegría colocó a Alexis en su lado. El chileno hizo lo que quiso con el francés, que no recibía tanta ayuda de Piatti. Y por supuesto, el Barça fue mejor por Messi. Pueden decir que está triste, desconectado o que sólo juega bien en casa. A él le debe de entrar por un oído y le sale por el otro, porque hace unas diabluras que no tienen nombre. Ante el Valencia anotó cuatro golazos y pudieron ser media docena tranquilamente. Noche redonda para el argentino que está a otro nivel. El problema es que cuando no aparece, el equipo lo nota, de ahí los 10 puntos de diferencia con el Real Madrid.

Por eso en el Camp Nou hay dudas. La gente blaugrana, por primera vez desde la llegada de Guardiola, no las tiene todas consigo. Tras años de bonanza y vacas gordas, los culés no saben si el responsable del mejor equipo seguirá el año que viene, si el equipo ha llegado a su tope y, sobre todo, si será capaz de atrapar al Madrid. El campeón está en entredicho, aunque no parece que vaya a darse por perdido. Y aunque en el barcelonismo haya empezado a exhibir un pesimismo que forma parte de su ADN, el equipo no quiere desenchufarse. Por supuesto, Messi el primero. La Liga está muy difícil para los azulgrana y la forma de llegar con todas las opciones al mes de mayo es seguir apretando en el torneo de la regularidad.

Susto inicial

Y encima, más dudas si el rival se pone por delante nada más empezar el partido y de nuevo por un error defensivo. El Barcelona se lo tendría que hacer mirar porque juegue quien juegue, en todos los partidos concede más ocasiones de las que genera el rival. En el 8, Miguel colgó un balón desde la banda, parecía que no tenía peligro, pero entre Puyol y Piqué se quedaron mirando, salieron tarde al fuera de juego y habilitaron a Piatti para que marcara el primero. Jarro de agua fría, que puso la pilas a todo el mundo. A todos, menos a Rami, que falló con estrépito para que Messi, que andaba por ahí, cruzara a Diego Alves para equilibrar el choque. No habían pasado ni 20 minutos y el Barça ya estaba desatado. Movía rápido, lo que permitió un gran pase de Iniesta sobre la subida de Abidal. El francés entró en el área por su lado, centró al segundo palo, donde llegaba Messí. Alves le detuvo el disparo en primera instancia, pero no pudo atrapar el balón. Circunstancia mortal si Messi está a medio metro para rebañar el rechace y hacer el segundo.

Tras la reanudación, el Barça siguió y siguió atacando. Pero le faltaba acierto. Messi, Cesc o Alexis tuvieron ocasiones muy claras para hacer el tercero y el Valencia aguantaba agazapado. Como esperando su oportunidad para igualar. Los ches estaban ante su última oportunidad de acercarse al Barça en la tabla y no caer en una zona de nadie, en la tercera plaza, sin aspiraciones de poder escalar posiciones. Emery volvió entregar la cuchara ante su admirado colega. La segunda parte se convirtió en un ida y vuelta, que benefició al jugador mejor dotado del mundo para ese tipo de juego: Leo Messi. Si le das metros y espacios por delante, te puede hacer un descosido. Diego Alves dio fe de ello. El 3-1 llegó tras una jugada individual de Tello, que remató; paró Alves, Messi recogió el rechace y marcó. Quedaba un cuarto de hora y lo mejor aún estaba por llegar. El 10 argentino había mostrado tres ases y se guardaba uno, el de corazones, en la manga. Sombrerazo y cuarto gol. El Camp Nou se puso en pie. Volvió a levantarse para dar la bienvenida a Xavi, que regresaba y para celebrar el quinto del de Terassa. Noche redonda para el Barça.