fútbol | primera división

El Madrid pone la directa

El equipo de Mourinho goleó casi sin oposición ante un Racing que se quedó con diez jugadores por la expulsión de Cisma antes del descanso

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El mensaje de ‘Mou’ ha calado en su plantilla. A pesar de la suculenta ventaja, de la flojera del Barça, del carácter humilde del Racing y de tener el largo y frío viaje a Moscú a la vuelta de la esquina, había que jugar sin reservas para volver a ganar y evitar más remontadas en el Bernabéu que obligan a un mayor desgaste. Ni distracciones, ni rotaciones, ni peligrosos excesos de relajación hasta que los duelos se resuelvan. La clave esgrimida por el técnico portugués para seguir la senda del título es salir a disputar cada partido como si fuera el último, sin detenerse a pensar en la diferencia de puntos. Por si quedaba alguna duda de que no habría concesiones, el preparador luso se olvidó del canterano Carvajal a la hora de pensar en el lateral derecho. Faltaban Arbeloa, Lass y Altintop y fue Ramos el que regresó a esa demarcación casi una vuelta de Liga después. El resto, lo habitual últimamente ante rivales de medio pelo, con Granero como agradecida pareja de Xabi Alonso en el eje, y Özil y Kaká como socios más ofensivos de Cristiano y Benzema.

Los cántabros solo habían perdido uno de sus nueve partidos con el triunvirato de técnicos que salió al rescate tras el naufragio de Héctor Cúper, pero no eran rivales para un Madrid que ha metido la directa. Jugaron de inicio los refuerzos de invierno, con el delantero senegalés Babacar a la cabeza, pero no había forma de frenar a la manada de fieras que se les echaban encima. Ni siquiera esta vez los blancos le dieron ‘vidilla’ al partido encajando algún gol a balón parado que les obligara a remontar. Salieron fuertes y encontraron premio enseguida. Cristiano, el tipo duro e insaciable de Madeira, avisó a los cuatro minutos al cabecear al palo. Después, ya no perdonó. Fue una jugada trabada. Benzema vio el desmarque de Kaká, el balón salió rechazado en el centro del brasileño y el luso lo remachó a placer. El plan defensivo del Racing, que apenas asomaba en campo ajeno, quedaba hecho trizas.

Suma facilidad

El Madrid se desplegaba con suma facilidad porque el Racing se cerraba y se juntaba pero no le encimaba. Se replegaba pero le dejaba hacer y se encomendaba a Toño, de nuevo el mejor de un grupo de retales. Enfrente se encontraba a un bloque demoledor, no como el Atlético que le perdonó la vida hace una semana en El Sardinero. Ysi encima el modesto se encuentra con un arbitraje como el de González González, apaga y vámonos. No vio una mano de Cristiano que bien pudo ser penalti -el Madrid no lleva ninguno en contra en esta Liga-, expulsó por doble amarilla a Cisma en una acción parecida y, para colmo, el asistente no le indicó el fuera de juego de Benzema en el saque de falta que preludió el toque sutil del francés para firmar el segundo. Tocó el balón Bernardo pero ya estaba dentro, o entraba. El Madrid hubiera ganado de todos modos, pero habría que ponerles estos vídeos a los grandes para que cuenten hasta tres a la hora de quejarse de los trencillas.

Al borde del descanso, la película ya avanzaba su final. Todos parecían con ganas de irse a casa. Los locales para poder descansar a la espera de la ‘Champions’, los montañeses para certificar una derrota digna, y buena parte de los aficionados para no perderse la semifinal de la Copa del Rey de baloncesto que al mismo tiempo enfrentaba al Real Madrid con el Banca Cívica en el Palau Sant Jordi. Ya sin acelerar, jugando casi en plan pachanga, el líder prosiguió con el monólogo. Todo le salía a pedir de boca. Tras dos meses lesionado, Di María sustituía a un Özil poco participativo y elevaba el tercero con un disparo seco y lejano. Una maravilla de gol. Pepe, amenazado por tarjetas, se marchaba ovacionado por una grada que le idolatra pese a sus incendiarios cruces de cables. Más discutible fue quitar a Granero, no precisamente necesitado de descanso, para dar minutos a Khedira. Pero cualquiera le tose al portugués cuando se acuesta con trece puntos de ventaja sobre el Barça y corean su apellido los hinchas del Inter y del Chelsea. Benzema puso el broche. La únicas noticias inquietantes para el Madrid fueron las cojeras de Cristiano, lastimado en un tobillo, y del ‘Fideo’.